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LLEGARÁ EN OTOÑO PARA LOS IPHONE
Primera premisa: iOS 11 es una actualización que vitamina mucho más el iPad que el iPhone, aunque será en este último en el que vamos a centrarnos. En el iPad, las nuevas funciones y la renovación del dock por uno mucho más funcional y productivo le convierten en un dispositivo mucho más a tener en cuenta para el uso profesional e intensivo. Al menos, más que hasta la era de iOS 10 y anteriores.
En el caso del iPhone, una de las mayores renovaciones está en el nuevo Control Center, que destierra el concepto existente hasta ahora. Por un lado ya no ocupa dos páginas (ajustes y música), sino que concentra todo en una sola página.
Además, sus accesos directos a ajustes son personalizables, los hay nuevos y se incluye por primera vez en la historia del iPhone la opción de hacer una grabación de pantalla de forma nativa, algo útil especialmente a la hora de explicar brevemente conceptos y formas de ejecutar acciones. Por ejemplo, para enviar a un familiar un vídeo breve explicando cómo se modifica el APN, concepto algo técnico que se entiende mejor de forma visual. Más: haciendo 3D Touch, la pulsación fuerte, en algunos iconos aparecen opciones extra, como la opción de regular el brillo de la linterna con más intensidades que hasta iOS 10.
Una de las principales novedades es el drag & drop, arrastrar y soltar, que permite mover elementos de una aplicación a otra arrastrándolos directamente. En el iPhone, que no permite más de una app simultánea en pantalla, no tiene tanto sentido, pero sí lo tiene en el iPad. Cambia por completo la velocidad y sencillez de uso a la hora de mover información como fragmentos de texto, fotos, vídeos, enlaces web… Hay innovaciones útiles, pero drag & drop no tiene vuelta atrás: en cuanto se cominenza a usar es imposible continuar sin él. Cuando lleguen las apps de terceros con esta función a partir del lanzamiento oficial de iOS 11 sí habrá un punto de inflexión.
Otra novedad interesante es la cámara que ahora integra lector de códigos QR, una tecnología potencialmente útil que la mayoría de veces parece inútil por culpa de la mala ejecución. Poner un código QR en un cartel que lleve a una imagen digital del propio cartel, por ejemplo, no tiene mucho sentido. Hacer que conduzca a una página web estándar que ya se muestra en dicho cartel, tampoco. iOS 11 no va a conseguir que la sociedad empiece a usar los QR con más sentido, pero ahora al menos será más rápido decepcionarse.
Donde sí tiene todo el sentido del mundo es a la hora de conectarse a una red WiFi simplemente enfocando la cámara a la pegatina del router, que contiene un QR que permite esa conexión instantánea. Para los casos de redes en los que el administrador no ha modificado nombre o contraseña es perfecto y mucho más cómodo que teclear manualmente un código aleatorio.
Los propietarios de iPhone de 8 GB o 16 GB están de enhorabuena, porque iOS 11 también permite borrar automáticamente aplicaciones que no se usen con frecuencia, aunque manteniendo sus datos. Así, si queremos volver a utilizarlas, el sistema descargará de nuevo la app a través de la App Store y podremos seguir usándola como si nunca se hubiese borrado.
iOS 11 no es un sistema que marque un punto de inflexión en iPhone, pero sí en iPad. Al iPhone posiblemente le tocará su turno el año que viene, con los iPad más asentados en la línea de la productividad, dentro de sus limitaciones. Que nadie espere una revolución en su bolsillo, simplemente los cuatro retoques para seguir liderando la industria.