¿Es necesario un teléfono con 16 cámaras como el que quiere hacer LG?

El límite para poner cámaras en un teléfono parece ser la extensión de su superficie, al menos si nos atenemos a las intenciones que tiene LG. La patente que ha registrado la compañía muestra un hipotético diseño de un smartphone con 16 cámaras. Esto solo en la parte de atrás. Quién sabe cuántos más podrá haber en la cara frontal.

La patente registrada por LG contempla una formación en forma de matriz, con 16 cámaras en distintas curvaturas. Esta parrilla de lentes se podría utilizar para tomar fotos de un objeto en ángulos diferentes. La idea es que este diseño permita producir una imagen móvil y maleable.

El smartphone agruparía todas las lentes en un espacio relativamente reducido, prácticamente equivalente al que ocupan un par de cámaras o tres actualmente. Las 16 lentes serán de pequeño tamaño y se distribuirán en forma de cuadrado.

Además, mediante software se permitirá algunos efectos novedosos sobre la fotografía. Se podrán sustituir objetos –como un osito de peluche– en una foto de forma sencilla o tomar una parte de la misma para transformarla (como seleccionar la cabeza del osito de peluche y rotarla).

Las diferentes cámaras también se podrán utilizar para tomar imágenes que posteriormente se combinarán con el fin de obtener mayor calidad. Este es un procedimiento que ya hacen algunos móviles disponibles en el mercado, que emplean más de un sensor.

La fiebre por sumar cámaras, que se inició con el Huawei P9 en 2016, ha llegado este año hasta las cuatro cámaras, como las del Samsung Galaxy A9. Aunque puede que este número pronto se vea superado por las cinco que se rumorea que traerá un nuevo terminal de la marca Nokia.

La cuestión es si realmente un aumento en el número se corresponde con una mejora de la calidad fotográfica. No parece que sea una relación proporcional, desde luego. En estos momentos es el software el que ofrece más posibilidades para crear foto mejores.

Tener varias cámaras en vez de una ayuda, porque cada una se puede construir con un propósito. Una lente puede prepararse específicamente para ser un gran angular, mientras que otra se puede dedicar a captar el detalle. La unión de ambas ofrece sin duda más posibilidades al usuario, pero un solo sensor bien preparado y apoyado por software puede cumplir un papel similar.

El deseo de los fabricantes parece ser sustituir a las cámaras réflex. Lo cierto es que es un objetivo que parece haberse conseguido en parte. En los últimos años las ventas de este tipo de cámaras han tenido altibajos, pero la tendencia es a la baja, según datos de la asociación CIPA, formada por fabricantes de cámaras. Pero alcanzar el nivel de calidad de una máquina profesional aún queda lejos de los teléfonos móviles, por muchas cámaras con las que abriguen su lomo.

Son varios los motivos por los que las cámaras profesionales van muy por delante, aunque la distancia se haya estrechado. Tienen más espacio para acoplar sensores más potentes, normalmente de mayor tamaño, y se sirven de objetivos voluminosos para disparar con más tino. Esto es algo que no se compite con el aumento del número de lentes.