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UN LÁSER PARA COMPRENDER EL MUNDO

El nuevo iPhone podría tener un sensor láser

Gracias a este componente, el iPhone del aniversario sería capaz de medir con gran precisión las distancias entre objetos, abriendo un enorme abanico de posibilidades a la realidad aumentada. Más mundano: también hará que mejore el autoenfoque.

imágenes del hipotético nuevo iPhone 8LaSexta.com

El iPhone cumple diez años y las expectativas sobre la próxima versión del buque insignia de Apple, alentadas por el incesante flujo de rumores, son muy elevadas. Para celebrar el aniversario, se espera de la manzana mordida un terminal innovador que sorprenda con nuevas funcionalidades y vaya más allá de un simple aumento de las especificaciones.

Al parecer, a la vuelta de vacaciones los de Cupertino presentarán tres nuevos terminales, dos de ellos una actualización de su actual dispositivo estrella (que bien podrían ser el iPhone 7S y iPhone 7S Plus) y un tercero más caro y rompedor sobre cuyo nombre no hay certezas, aunque se manejan hipótesis como iPhone 8, iPhone Pro o incluso iPhone X (por el diez, del cumpleaños, en números romanos).

Entre las novedades que podrían llegar con este modelo más novedoso —y también, con toda probabilidad, bastante más caro— estarían, entre otras cosas, la carga inalámbrica (que ya está presente en otros fabricantes desde hace algún tiempo pero todavía no ha llegado a los iPhone), una pantalla OLED que ocupe la práctica totalidad del frontal y, quizá lo más sorprendente, un sensor láser en la parte trasera del teléfono.

iPhone 7 Plus | Agencias

La presencia de este componente no es algo habitual en los ‘smartphones’, al menos de momento, así que muchos usuarios y fans de Apple se estarán preguntando, con toda la razón, para qué diantres sirve. Según la fuente que ha filtrado la noticia al medio estadounidense Fast Company, “el nuevo sistema de sensores permitirá una mejor detección de la profundidad para aplicaciones de realidad aumentada y un tipo más preciso de autoenfoque para la fotografía”.

Precisamente el interés de Apple por la realidad aumentada, que lleva tiempo entre las prioridades de Tim Cook, según él propio CEO de la compañía ha declarado en varias ocasiones, es lo que hace tan creíble que este tipo de tecnología pueda estar incluida en el próximo iPhone.

En la conferencia para desarrolladores de Apple que se celebró en junio, la firma de la manzana mordida puso a disposición de los programadores el ARKit, un conjunto de herramientas destinadas a facilitar la creación de aplicaciones para el iPhone que aprovechen el enorme potencial de la realidad aumentada, todavía escasamente explotado.

A día de hoy, los productos más exitosos que han recurrido a esta tecnología, que permite incorporar elementos digitales al mundo real, son Pokémon Go y los filtros de Snapchat. Pero capturar monstruos virtuales que aparecen tras los setos de un parque o añadir un vomito arcoiris a tus fotografías no son experiencias tan complejas e innovadoras como lo que Apple tiene en mente.

De hecho, los primeros ejemplos de software desarrollado gracias a ARKit revelan resultados increíbles, incluso utilizando el único elemento para capturar el entorno del que disponen hoy los terminales de Apple: la cámara o la doble cámara en el caso del iPhone 7 Plus. Cuando un sensor láser se sume al arsenal, si es que lo hace, las posibilidades se van a incrementar sustancialmente.

Básicamente, lo que permite un sistema de sensores láser VCSEL como el que podría incorporar el próximo iPhone es hacer mediciones mucho más precisas del entorno, sobre todo en lo que respecta a la profundidad. Saber si los objetos están más cerca o más lejos del dispositivo, por ejemplo, o entre sí. Para ello, el sensor emite un haz de láser hacia el objetivo y mide el tiempo que ha tardado la luz en llegar y en regresar (lo que se conoce como Time of Flight o TOF).

Es lo mismo que hacen los sensores lídar de los coches sin conductor, aunque estos son mucho más complejos que los que podría incorporar el próximo iPhone, y también considerablemente más caros. Según la fuente de Fast Company, el sistema que iría en las entrañas del ‘smartphone’ solo costaría a Apple unos 2 dólares (poco más de 1,7 euros) por terminal, y eso incluye el láser VCSEL que emite el haz de luz, el sensor que lo detecta y el diminuto procesador que se encarga de realizar los cálculos. Nada que ver, en ese sentido, con los aparatosos y costosos sistemas de un vehículo autónomo.

Tampoco es necesario. El pasado año, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts demostraron que un láser de 10 dólares (poco más de 8,5 euros) y unos circuitos simples eran suficientes para que un ‘smartphone’ normal y corriente fuera capaz de medir distancias con una precisión milimétrica.

No va a ser capaz de mapear su entorno al nivel de detalle que lo hace un coche sin conductor, lógicamente, pero tampoco es necesario. Basta con que el próximo iPhone sea capaz de superar lo que sus predecesores han logrado hasta ahora con sus excelentes cámaras, incluida la dual del iPhone 7 Plus.

Y eso está asegurado, pues un autoenfoque láser (como los que ya incorporan algunos terminales Android) es mucho más preciso y rápido al medir objetos y distancias dentro del cuadro que el actual sistema de detección de fase (el llamado Focus Pixels) que incorporan los iPhone, sobre todo en condiciones de baja luminosidad. Con el sistema láser, al conocer la profundidad de campo exacta de cada elemento, es mucho más sencillo seleccionar qué queremos enfocar y que la lente se centre de inmediato en esa parte de la fotografía.

Por todas estas razones, si el iPhone 8, iPhone Pro o iPhone X, o como decidan llamarlo, llega a incorporar este tipo de sensor, será una buena noticia. Seguro que no va a ser suficiente para colmar las expectativas de innovación que hay puestas en el móvil del aniversario, pero hará que la apuesta de Apple por la realidad aumentada, que sí tiene potencial de ser una revolución, tenga más posibilidades de cuajar.

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