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REVIEW DEL ESPERADO TERMINAL

Probamos el iPhone X, el móvil que cierra el círculo de Apple

Ponemos a prueba las novedades del flamante terminal de Apple, un terminal llamado a cambiar una saga que durante diez años se había ido mejorando sin provocar nuevas revoluciones.

iPhone XApple

Cada año desde 2007 ocurre lo mismo: Apple presenta la renovación de su iPhone. En esta década ha habido momentos donde ha habido ciertas diferencias, como cuando al 5s le acompañó un 5c algo más económico, o cuando desde 2014 los iPhone llegaron a pares cada año para ofrecerse en dos tamaños, o cuando han llegado los SE a mitad de ciclo para satisfacer a los nostálgicos de las cuatro pulgadas. Pero el gran cambio ha llegado ahora.

Lo que nunca había ocurrido es lo de 2017, el año del décimo aniversario: dos iPhone que se diferencian en el tamaño y poco más, y un tercer modelo totalmente distinto, con un diseño rompedor y, sobre todo, que cambia la forma de usar el iPhone por primera vez en su historia.

Hasta ahora, cada generación de iPhone ha tenido alguna o algunas características estrella que concentraban el protagonismo a la hora de ejercer como reclamo para vender todas las unidades posibles. A saber:

- iPhone 3G: conectividad 3G.

- iPhone 3GS: muchísimo más rápido, grabación de vídeo.

- iPhone 4: nuevo diseño, cámara mucho más potente.

- iPhone 4s: Siri.

- iPhone 5: pantalla de 4 pulgadas.

- iPhone 5s: Touch ID, color dorado.

- iPhone 6 / 6 Plus: nuevos tamaños, Apple Pay.

- iPhone 6s / 6s Plus: 3D Touch, Live Pictures, color oro rosa.

- iPhone SE: tamaño compacto con componentes de alta gama.

- iPhone 7 / 7 Plus: color Jet Black, doble cámara.

- iPhone 8 / 8 Plus: nuevos materiales, carga inalámbrica.

Todas esas novedades son añadidos sobre el legado anterior que no supusieron una verdadera disrupción a la hora de usar nuestro teléfono en el día a día. Siri o 3D Touch pueden serlo, pero hay quien vive con su iPhone sin usarlos. Algo similar a lo que sucede con la doble cámara, la carga inalámbrica, o Apple Pay.

Todo esto ha cambiado con el iPhone X, el smartphone que rompe con el legado de la propia Apple como Apple se enorgullece de hacer. Por ejemplo, el botón 'Home' es icónico y forma parte del ADN del iPhone, aunque ha evolucionado para dar cobijo a un lector dactilar y para ofrecer retroalimentación háptica eliminando partes mecánicas.

Siempre había estado ahí... hasta ahora. Precisamente cuando más integrado, naturalizado y asumido estaba.

Pantalla iPhone X | Apple

Romper con el propio legado

Todo esto es importante porque si hay algo que podemos reconocerle a Applees su capacidad para sacrificar elementos integrados que satisfacen a todo el mundo en pos de algo mejor. En esa obsesión por eliminar elementos superfluos ha habido muchas víctimas: lector de disquettes, lector de CDs, puertos USB tradicionales, puerto Ethernet… una tendencia que ahora también llega a sus teléfonos. Ese 'algo mejor' es Face ID, que no es mejor que Touch ID en todos los escenarios pero sí lo es de forma global.

Con Face ID no tenemos que preocuparnos de si tenemos las manos húmedas o unos guantes puestos, pero sí que se complica poder echar un vistazo rápido al teléfono cuando lo tenemos apoyado en una mesa, algo común para trabajadores.

Face ID, a cambio, funciona incluso en oscuridad total gracias al uso de un sensor infrarrojo, no precisa que 'hagamos' nada (sólo mirar al teléfono con naturalidad) y es más invisible, más desapercibido. Sólo los procesos de pago, como el uso de Apple Pay o las compras en la App Store, requieren de un gesto -doble click en el botón lateral, que ahora invoca a Siri al pulsarlo prolongadamente- de verificación.

Los gestos en los que se basa la interfaz de iOS en el iPhone X tienen una curva de aprendizaje muy leve de quizás un par de días, incluso menos. Enseguida nos acostumbramos a deslizar aquí y allá para suplir al botón 'Home'. Quizás sólo cueste algo más acostumbrarse a la nueva ubicación del 'Centro de Control', que aparece deslizando hacia abajo la esquina superior derecha.

iPhone en el agua | Apple

Batería, pantalla y cámaras: sin vuelta atrás

La batería no trae sorpresas: llega al nivel del iPhone 8 Plus, que a su vez ya era superior al del 7 Plus. Su duración depende demasiado de los usos individuales como para arrojar una cifra sin más, pero sí podemos anticipar que solo dejará sin acabar el día a los usuarios extremadamente intensivos y exigentes que consumen horas y horas de pantalla.

Su pantalla de 5,8 pulgadas puede llevar a engaño: no es más grande que la de los iPhone de 5,5 pulgadas, ya que su formato es más alargado (18,5:9 vs 16:9), así que tiene un área total menor. Así y todo, es extremadamente manejable, ya que con esa proporción su anchura es menor. En resumen: tenemos las dimensiones de poco más que un iPhone 8 y la pantalla de poco menos que un iPhone 8 Plus.

Esa pantalla se corona con TrueTone, presente en los iPad y que ahora llega a los iPhone. Se trata de una tecnología que hace que el color se adapte al entorno. ¿Verdad que no vemos igual una habitación, un cuadro o un cómic a plena luz del sol que al calor de una vela? La pantalla del iPhone, hasta ahora, hacía como que sí. Ahora se adapta y naturaliza los colores en base a la iluminación ambiental, algo que parece imperceptible pero que se manifiesta con crudeza cuando volvemos a usar otro teléfono.

Más sobre la pantalla: el panel OLED deja ver por primera vez en la historia un iPhone con auténtico color negro. Hasta ahora, sus pantallas eran excelentes y adelantadas a su época en algunos casos, pero su tecnología LCD les dejaba con negros que en realidad eran grises oscuros con notable retroiluminación. Y eso, al fin, ha cambiado.

La cámara trasera es la continuación de lo visto en el iPhone 7 Plus, sólo que con una lente secundaria que capta mejor las fotos en baja iluminación (su apertura pasa de 2.8 a 2.4, y se nota). La verdadera diferencia está en la cámara frontal, que gracias al sistema que monta Face ID adopta el modo Retrato con los modos de iluminación de estudio presentes en la trasera. Un auténtico 'game-changer' en la fotografía móvil que será imitado como ya ocurrió con el modo Retrato y que puede suponer un argumento de compra para muchas personas en la era del selfie.

Modo retrato | Javier Lacort

Modo retrato iPhone X | Javier Lacort

Cerrando círculos

El iPhone X es la sublimación del iPhone. Un homenaje a la historia de la propia Apple (con detalles como que el icono de Face ID sea el mismo que el del Macintosh de 1984) pero también de la telefonía móvil. Su interfaz basada en gestos y las esquinas redondeadas son una oda a Palm. Los widgets, herencia de lo más rompedor que trajo Android. También debe a él el impulso que tomó el menú 'Compartir' desde iOS 8. Incluso BlackBerry 10 tiene elementos que se ven reflejados en la interfaz de iOS 11 para el X, como el gesto de la multitarea. Todo concentrado en los diez años de evolución de iOS y el potencial de la App Store.

¿Merece la pena su precio, más de 1.000 euros? En primer lugar, hay que tener claros dos puntos:

Encabeza a un nuevo segmento de smartphones. Le acompañan el Note 8 y el Pixel 2 XL de Google, ambos por encima de los 1.000 euros. Son los 'súpersmartphones', un nuevo escalón por encima de lo conocido hasta ahora. Si te parecen caros, fantástico, tanto Samsung como Apple como Google (y LG, Sony, Huawei…) tienen alternativas en el peldaño inferior.

“Caro” no equivale a “costoso”. Honestamente, este precio es muy elevado para los que estamos habituados a ver en los escaparates de smartphones, pero viendo el segmento que comentábamos arriba, no podemos decir que sea caro si asumimos que no es para cualquiera.

Dicho eso, de Apple quizás sí podríamos esperar ciertos gestos, como que habilitar la carga rápida (18W) en el iPhone X no suponga tener que pasar de nuevo por caja: el cargador (29W) y cable USB-C a Lightning ascienden juntos a 88 euros. Pagar más de 1.000 euros por un teléfono y luego casi otros cien por su carga rápida es algo que sí puede percibirse como “caro”, sobre todo cuando en otras marcas ya está incluido en la caja.

Más allá de estos aspectos, el iPhone X difícilmente tiene vuelta atrás. El año que viene veremos su diseño (Face ID y ausencia del botón 'Home' incluidos) expandido a más modelos. Posiblemente, marca los próximos diez años de iPhone. Y el pistoletazo de salida roza la perfección.

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