Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
OBLIGARÍA A APPLE A CEDER PIEZAS Y MANUALES OFICIALES A CUALQUIER NEGOCIO
Cada vez más estados plantean el derecho a reparar como una ley, lo que obligaría a Apple a cambiar la forma en la que vende sus reparaciones
Si tienes la mala suerte de sufrir una avería en tu iPhone y éste aún está en garantía, tienes tres opciones:
La primera es acudir a una Apple Store o un centro autorizado desde el que, previo pago, se te reparará el teléfono y se conservará su garantía original.
La segunda es acudir a un centro que no cuente con la autorización de Apple, que te hará la reparación a un precio más bajo pero usando piezas no oficiales. Ahorras dinero, pero la garantía del iPhone queda anulada y la compañía no va a querer ofrecer más asistencia a ese teléfono por cuestiones de seguridad.
Luego tienes la tercera opción, que es reparar tú mismo el teléfono comprando las herramientas y piezas necesarias para hacerlo. Te conviertes en el responsable del resultado. Hay portales como iFixit que animan a hacer eso con guías y kits de herramientas, aunque tienes que tomar el riesgo de perder la garantía del teléfono.
Con las dos últimas opciones, puedes hacerte esta pregunta: ¿Por qué Apple no podría venderme las piezas oficiales a mí o a cualquier reparador que quiera, y así no tomo riesgos? A esto se le llama el ‘derecho a reparar’, y cada vez son más las personas que lo reclaman argumentando que todos deberíamos poder acceder a esas piezas. Muchos reparadores quieren hacerlo, pero las exigencias que tiene Apple para que te conviertas en servicio autorizado son demasiadas para muchos establecimientos.
De ahí que asociaciones como Repair presionen para convertir el derecho a reparar en una ley. Dicha ley obligaría a Apple y a otras compañías tecnológicas a vender las piezas y manuales oficiales a cualquier establecimiento y persona sin tantas exigencias. Muchos más establecimientos repararían los iPhone de forma oficial, lo que haría que Apple perdiese muchos ingresos fruto de su propia asistencia.
Por eso, Apple también presiona con sus abogados para que ese ‘derecho a reparar’ no sea una realidad. No todo es dinero, su argumento también es lógico: quiere mantener sus niveles de calidad y garantías. Si cualquier persona efectúa reparaciones con piezas oficiales, esos niveles bajarían drásticamente. Los técnicos de Apple tienen que pasar por una serie de exámenes y controles hasta que consiguen la certificación oficial, y el derecho a reparar haría que cualquiera se pueda saltar ese proceso.
Los últimos hechos empujan todavía más estas presiones: las Genius Bar de las Apple Store y los centros de reparaciones autorizados están cada vez más saturados, porque cada vez más personas tienen dispositivos de Apple con averías comunes como pantallas rotas. Además la polémica de las baterías con algunos modelos de los iPhone ha agravado el problema, con muchos usuarios haciendo cola para poder cambiar la batería de su teléfono y preguntándose por qué no pueden hacerlo en otras tiendas o incluso ellos mismos.
La situación actual es que el ‘derecho a reparar’ se ha propuesto como proyecto de ley en varios estados de los Estados Unidos, incluída California. Y Apple va a hacer todo lo que pueda para que ese proyecto de ley no se convierta en una ley vigente, en un esfuerzo de conservar el nivel de calidad y la oficialidad de sus propias reparaciones.
¿Qué ocurrirá? Pues todo depende de lo que se apruebe o no en los gobiernos de cada estado. Lo cierto es que si el ‘derecho a reparar’ se convierte en una realidad en cualquier territorio, habrá un antes y un después en lo que a reparaciones de iPhone se refiere. Sería interesante ver qué medidas toman desde Cupertino para minimizar los efectos.