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PARA EVITAR UN GRAN DAÑO A LA SOCIEDAD
“Lo que estamos haciendo no está funcionando. La tecnología tiene que ser regulada”, estas fueron las palabras de Tim Cook, CEO de Apple y, por tanto, una de las personas más influyentes en la industria tecnológica. Habló en el Time 100 Summit, en Nueva York, y lo hizo claramente en favor de una corriente de pensamiento cada vez más en boga.
Los gigantes de Silicon Valley han crecido de forma desmesurada y han adquirido un poder tremendo en el sector. La cantidad de datos que los usuarios comparten con estas empresas a cambio de sus aplicaciones gratuitas es cada vez mayor. Escándalos como los de Cambridge Analytica han hecho aflorar estos síntomas y también una reacción: hay que hacer algo al respecto.
Algunas posiciones, como la de la senadora Elizabeth Warren, plantean una ruptura radical. Habría que dividir a las grandes empresas en varias partes. En su mirilla se encuentran Google, Amazon y Facebook, pero también Apple. Es difícil pensar que Tim Cook pueda estar de acuerdo con algo así. Sin embargo, el CEO de la compañía ha mostrado en más de una ocasión una cierta simpatía hacia la regulación.
Cook ha señalado que el RGPD, establecido en la Unión Europea, es un paso en la buena dirección. Lo ha puesto como ejemplo para los legisladores de Estados Unidos y lo considera un escalón hacia una regulación más fuerte. Ha llegado a decir que se deben de tomar este tipo de medidas si se quiere evitar “un gran daño a la sociedad”.
Cook no ha concretado ninguna propuesta ni ha profundizado más en su opinión. Se ha limitado a indicar que la sociedad lo necesita. Lo cierto es que entre los gigantes de Silicon Valley, Apple ha sido quien más ha defendido uno de los caballos de batalla que esgrimen aquellos que están a favor de la regulación. Se trata de la privacidad.
La compañía fundada por Steve Jobs se ha caracterizado en sus productos por un respeto por la privacidad mayor que Google, Facebook o Amazon. No recoge información exhaustivamente con propósitos publicitarios o para hacer recomendaciones hiperpersonalizadas, como las otras compañías. Pero además, los datos que almacena de sus usuarios se anonimizan y se integran en una nebulosa llena de ruido, para que nadie pueda trazar perfiles personales de ellos y para que no formen un conjunto coherente si son robados.
Apple ha hecho de su respeto por la privacidad un valor para su argumentario marketiniano. Aunque la regulación no solo tiene que ver con la protección de los datos. Los políticos estadounidenses también quieren evitar que una misma compañía controle un mercado –como puede ser la App Store– y a la vez compita en el mismo (por ejemplo con Apple Music). Seguro que este parecer no es del agrado de Tim Cook.