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TENDRÁN QUE SEGUIR ACTUALIZADOS DURANTE MÁS AÑOS
Europa sigue adelante en la legislación para imponer un periodo de actualizaciones más amplio para todos los smartphones nuevos. Esto reducira la obsolescencia prematura y reducirá los resíduos electrónicos, como en el caso del conector USB tipo C.
Las actualizaciones de dispositivos electrónicos han sido tradicionalmente uno de los aspectos más polémicos relacionados con estos. Y es que muchos ven detrás de los cortos plazos de actualizaciones una forma deliberada de obsolescencia, lo que obliga a muchos consumidores a cambiar de dispositivo, concretamente de smartphone, antes de tiempo. Y parece que la Unión Europea se está moviendo en evitar esto, tal y como hemos podido comprobar recientemente no solo en el aspecto del software, sino también del hardware, con la adopción del USB tipo C como el único cargador de la Unión.
Cinco años de actualizaciones, ¿solo de seguridad?
Hemos escuchado en los últimos meses que estaban cerca de hacerse realidad esos cinco años de actualizaciones obligatorios en móviles Android, al menos desde Europa, eso sí, limitados a las que conocemos como actualizaciones de seguridad. Estas se basan solo en mejoras y soluciones para evitar vulnerabilidades, y se suelen lanzar todos los meses, al menos en el caso de Google y Android. Según la nueva normativa, estas deberían durar como mínimo 5 años para todos los móviles que se pongan a la venta en la Unión Europea.
La nueva normativa entrará en vigor a finales de 2024, y por lo tanto obligará a los fabricantes de smartphones a proporcionar más años de actualizaciones, pero no solo las de seguridad. Porque en el nuevo texto promovido por la Unión, se obligará también a que los teléfonos estén actualizados durante cinco años también en lo que se refiere al sistema operativo. Son las conocidas como actualizaciones funcionales, y en este caso deberían entregarnos al menos cinco versiones diferentes de Android, la que lleve de fábrica el teléfono, más otras cuatro.
Además, las piezas de repuesto de cada teléfono deberán estar disponibles durante al menos 7 años después de haberse puesto a la venta el dispositivo. De esta manera se intentará reducir al mínimo la obsolescencia, obteniendo así móviles más funcionales durante mucho más tiempo. Y es que un móvil que ya no se actualiza, sobre todo en el apartado de la seguridad puede ser una fuente de problemas para los usuarios, ya que se podrían filtrar fácilmente datos gracias a diferentes agujeros de seguridad.
Pero en este caso de lo que se habla en la UE es de imponer cinco años de actualizaciones tanto de seguridad como del sistema operativo. Y muy importante, también se aclaran los plazos para que estas actualizaciones lleguen a todos. Ya que los fabricantes de Android deberán hacer llegar las actualizaciones de sistema como mucho 6 meses después de haberse liberado por parte de Google. Actualmente fabricantes como Samsung ofrecen cinco años de actualizaciones de seguridad y cuatro de sistema en sus móviles más avanzados.
Pero es muy distinto en el caso de los móviles más baratos, que ven cómo sus actualizaciones se pueden retrasar durante meses, e incluso en algunos casos concretos, llegar a cancelarse. No se esperar que hasta al menos 2025 estas restricciones se comiencen a implementar en el mercado europeo. Algo que seguro arrastrará a los fabricantes a nuevas subidas de precio de sus dispositivos.
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