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JUNTO AL MOTO 360, EL MEJOR SMARTWATCH CON ANDROID WEAR

LG G Watch R: gran diseño, buenas características, terrible nombre

El smartwatch de LG supera en unas cuantas cosas al Moto 360, lo que le hace quizá el mejor dispositivo actual con Android Wear

LG G Watch RLG

Si llegan a tener que escribir el nombre entero en el producto, no les cabe. No es que el LG G Watch R sea pequeño (tiene una medida estándar de reloj de hombre, quizá un poco más alto -aunque tampoco-), sino que con el nombre se les ha ido un poco la pinza. Detrás de esa maraña de consonantes se esconde uno de los dos grandes smartwatches con Android Wear del momento, junto al Moto 360.

Para ser correctos, deberíamos decir que es uno de los dos grandes smartwatches con Android Wear que se venden actualmente, ya que el año ha empezado con algunos anuncios de futuros terminales y, claro, con el ojo puesto en que esta primavera Apple lance su AppleWatch. Sí, ese que anunció hace ya casi cuatro meses y del que aún no se sabe casi nada.

Así que mientras llegan los posibles sucesores y competidores, y aunque la sombra del Pebble es alargada, el LG G Watch R (dale con el nombrecito) es un pedazo de dispositivo para intentar averiguar para qué demonios sirve un smartwatch. Eso sí, 'oficialmente' a través de Google Play el terminal no se puede comprar en nuestro país, así que toca recurrir a Amazon o a proveedores directos (aunque tranquilo, el software está en español y no tendrás problemas de uso). Tampoco se puede comprar por ese cauce el Moto 360, por cierto.

Comparándolo con los terminales que ya existen hay algunas grandes ventajas y algunos pequeños inconvenientes.

Comparado con el Pebble Steel posiblemente la gran ventaja es que el diseño es mucho mejor (de lo que sale en pantalla, digo), con colores y un grafismo mucho más cuidado. La parte mala, claro, es el consumo de batería y el hecho de que para usar un smartwatch con Android Wear necesitarás un móvil con Android. Lógico, por otra parte.

Comparado con el Moto 360 la gran ventaja (además del nombre, claro está) está en la batería: mientras el reloj de Motorola se las ve y se las desea para aguantar un solo día de funcionamiento por culpa de los escasos 320 MAh de su batería, el terminal de LG aguanta un poco mejor con sus 410 MAh. Parecerá poca cosa, pero es un 25% más, poca broma.

En el resto, ambos modelos son bastante similares. El de LG pesa 62 gramos, por los 60 (sin correa, eso sí) del de Motorola.

En lo demás, el LG gana en el procesador (CPU Qualcomm Snapdragon 400 de 1,2 GHz), en sensores (giroscopio, aceletómetro, barómetro y brújula contra sensor de luz y podómetro) y en tamaño -dos milímetros tan finos-. Ambos empatan en memoria (4Gb con 512 de RAM) y gana el de Motorola en pulgadas (1,56 por 1,3) o resistencia de la pantalla (lleva cristal Gorilla Glass 3 de Corning), aunque ambos tienen la misma calificación de resistencia (IP67).

Lo que les iguala, en cualquier caso, es que ambos funcionan con Android Wear, y en este punto de desarrollo de los smartwatches el software y el diseño (y ambos son casi clónicos) son los que marcan la diferencia ¿Un software autogestionado como lo de Pebble o ser parte del gigante de Google? Para gustos colores, aunque lo segundo ofrece más garantías a priori...

El LG G Watch R (otra vez el nombrecito de marras) se ve genial en cualquier condición de luz, aunque se echa de menos un ajuste automático como el del Moto 360, especialmente para entornos oscuros. La batería, si seleccionas no tener la pantalla siempre encendida, aguanta dos días con una frecuencia de notificaciones alta. La velocidad de conexión con el móvil es rapidísima. Y el bluetooth 4.0 hace que la batería del móvil apenas note que lleva el dispositivo enganchado todo el día.

Ahora bien, ¿para qué demonios sirve un smartwatch?

Sirve para lo que sirve un reloj, pero más. No es ya ver la hora, sino saber la previsión del tiempo y consultar y gestionar tus notificaciones del móvil desde la muñeca. Te ayudará, por ejemplo, a ahorrar batería no necesitando encender la pantalla del terminal cada dos por tres.

Y, la verdad, el control por voz funciona de vicio, pero salvo casos puntuales (WhatsApp, por ejemplo) y apps muy bien adaptadas (servicios de información, Google Now o algunas notificaciones) para usar algo vas a tener que ir a morir al móvil. Es sangrante, por ejemplo, con Google Navigation.

A grandes rasgos, un smartwatch es eso, un reloj personalizable, al que cambiar el diseño cada día, que te ayuda a seguir conectado a tu mundo virtual y, a la vez, un mando a distancia. En el caso concreto del LG G Watch R, en un entorno bien diseñado, bien ejecutado y con una batería que sobrevive a la de tu móvil.

Ahora la parte negativa: el smartwatch en realidad no es tan 'smart', porque copia en sus exámenes. Esto quiere decir que el terminal depende del móvil para todo. Si quitas el bluetooth, o te quedas sin batería en el móvil y enciendes más tarde el reloj, éste no sabrá ni qué hora es (eso no pasa, por ejemplo, si se te acaba la batería del móvil con el reloj ya encendido).

Sería deseable que, en las próximas versiones de Android Wear (y a ver por dónde evolucionan el Pebble y el AppleWatch), el reloj fuera más autónomo del móvil.

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