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Facebook tiene varios problemas, y uno de ellos (aunque no el mayor) es la 'basura' que invade su plataforma.
Facebook es de lejos la mayor red social que hemos vivido en la historia reciente. Sin embargo, a nadie se le escapa que la plataforma cuenta con un sinfín de cuentas falsas: no solo las asociadas a empresas o colectivos de todo tipo, que esas son clara minoría, sino sobre todo las que dependen de personas que se crean identidades falsas para cometer todo tipo de ilícitos.
Esto no es ninguna novedad para Facebook, ni mucho menos. Sin embargo, ahora (parece que) la red social se ha empezado a tomar en serio la lucha contra el spam. O al menos ha decidido hacer pública su estrategia para luchar contra ello.
1.277 millones de cuentas falsas
Los datos, hechos públicos por la propia plataforma, llaman verdaderamente la atención. Solo en el primer trimestre de este 2018, Facebook ha eliminado nada menos que 583 millones de cuentas falsas que inundaban la red social y difundían todo tipo de contenido, especialmente el delicado o vinculado a actividades no permitidas en sus términos de uso.
Pero no se acaba ahí la cosa, porque en el último trimestre de 2017 fueron 694 millones de cuentas las que la compañía de Mark Zuckerberg decidió eliminar. En total, nada menos que 1.277 millones de cuentas falsas que se han ido por el desagüe en apenas seis meses, lo que da buena cuenta del problema real al que se enfrenta.
Así se detectan las cuentas falsas
Según reconoce Facebook, aún queda mucho trabajo por hacer, aunque, visto lo visto, sus protocolos de seguridad no parecen ser todo lo malos que cabría esperar. Y es que los perfiles que son borrados por un reporte de los usuarios son prácticamente inexistentes: la inmensa mayoría de estas cuentas son detectadas de manera automática.
Pero, ¿cómo se lleva a cabo esta detección? Desde la red social aseguran que casi todas las cuentas falsas no se crean de manera totalmente manual, sino recurriendo a algoritmos que permiten habilitar un gran número de nuevos perfiles en muy pocos segundos. Así pues, Facebook consigue evitar el registro antes de que se produzca o, como muy tarde, pocos minutos después de que la cuenta esté activa en su plataforma.
La cuenta pendiente: inteligencia artificial y discurso del odio
El verdadero problema al que se enfrenta ahora la red social en un futuro inmediato es otro: eliminar los grandes brotes de discursos de odio que inundan su plataforma. Y es que, pese a que Facebook usa inteligencia artificial para detectar estas prácticas, reconoce que por ahora no está funcionando tan bien como le gustaría.
Por eso tiene ante sí tres retos a corto plazo: en primer lugar, aumentar los recursos destinados a la detección manual de este tipo de discursos; en segundo, eliminarlo a la mayor brevedad posible; y en tercero, mejorar sus algoritmos de inteligencia artificial para que, en el futuro, pueda eliminar este tipo de contenido de manera prácticamente automática y sin necesidad de recurrir a la intervención humana.