Astronomía, divulgación, descubrimientos, ecología, innovación...
CONDENADO POR FRAUDE
Uno siempre piensa que hay grandes empresas a las que, por su tamaño, casi nadie puede engañar. Y si pensamos en los mayores gigantes tecnológicos, con miles de empleados y controles de todo tipo, menos aún. Sin embargo, hay un tipo que ha conseguido defraudar a dos de las mayores compañías, nada menos que a Google y a Facebook.
Se trata de Evaldas Rimasauskas, un ciudadano lituano que un buen día decidió llevar a cabo el mayor troleo financiero y tecnológico descubierto en nuestra historia reciente. Lo consiguió estafando cerca de 120 millones en facturas falsas a ambas compañías.
Así se produjo el tema
Ni corto ni perezoso, nuestro protagonista decidió en su momento que era buena idea empezar a mandar facturas a Facebook y Google cobrándoles por supuestos servicios y productos que ninguna le había contratado. Para ello se trabajó una eestrategia muy definida: Rimasauskas decía representar a Quanta Computer Inc, una compañía taiwanesa con sede en Lituania y registrada por él mismo.
Para que no hubiera problemas, el hombre acompañaba todas sus facturas de todo tipo de aparentes pruebas: contratos firmados, peticiones con el sello y membrete de ambas compañías, correos electrónicos intercambiados con directivos de Google y Facebook... En definitiva, todo un arsenal de supuestas demostraciones de dicha relación mercantil.
Cuando los departamentos de administración y finanzas de las empresas recibían sus facturas, no dudaban: eran reales. Así pues, fueron haciendo pagos de manera continuada hasta que, entre ambos, completaron pagos por cerca de 120 millones de dólares. El problema de todo esto ya lo sabemos: las facturas eran totalmente falsas. Evaldas Rimasauskas no solo no había vendido absolutamente nada a ninguna de las dos compañías, sino que ni siquiera conocía a los responsables con los que aseguraba haber establecido la relación comercial.
Se enfrenta a 30 años de cárcel
Con el tiempo, la estratagema de nuestro protagonista fue descubierta. Acaba de ser juzgado y se arriesga no solo a perder todo su dinero, sino también a un total de 30 años entre rejas. Y es que no solo estafó a las compañías, sino que también ha cometido multitud de delitos relacionados con la falsificación de documentos y sellos oficiales de ambas organizaciones, con lo que los cargos penales no hacen más que acumularse.
Por lo pronto, el acusado ya ha renunciado a cerca de 50 millones de dólares, pero falta por saber qué ha sido de los otros 70. Según las investigaciones, Evaldas Rimasauskas ha ido lavando gran parte de sus ingresos durante estos años, con lo que el dinero aún no ha sido encontrado. Además, este lavado acumulará aún más cargos a su larga lista de posibles delitos.
El próximo 20 de julio el acusado conocerá su sentencia definitiva. Para entonces habrá aprendido que hay empresas con las que no se puede jugar, aunque nadie podrá negar que, durante muchos años, consiguió que le hicieran millonario.