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annus horribilis para Facebook

¿Cómo volver a confiar en Facebook?

2018 ha sido muchas cosas para la industria tecnológica, pero uno de los hechos más destacados es que ha sido un annus horribilis para Facebook, que ha visto totalmente socavada su reputación y minada la confianza que ha necesitado ganarse durante los últimos años.

Facebook Agencias

Todo empezó con el escándalo de Cambridge Analytica. Ahí descubrimos que nuestra información -incluidos tests de personalidad que hablan de nuestra psique- no estaba tan protegida como pensábamos, sino que pululaba libremente por la red, al alcance de prácticamente cualquiera con algo de interés en encontrarla.

Este caso, que terminó con los huesos de Zuckerberg declarando en el Congreso estadounidense, en la ONU y en el Parlamento Europeo, solo fue el preludio de varios escándalos similares por fugas de información, y lo que es peor, por la pasividad de la empresa para trabajar sobre ellas una vez detectadas.

Las crisis continuaron con los reportes de ventas de información privada de los usuarios a terceros como Microsoft, Netflix, Spotify o Amazon. Y todo mientras miembros fundadores de empresas compradas por Facebook, como WhatsApp e Instagram, se marchaban de la compañía entre rumores de discrepancias por cómo se pretendía gestionar la información de sus usuarios.

El valor bursátil de Facebook ha ido al compás de estas crisis. Si bien tuvo una caída en marzo cuando se destapó Cambridge Analytica, consiguió reponerse y alcanzó su máximo histórico en julio, cuando su acción rozaba los 220 dólares y la empresa valía 628.000 millones de dólares.

Hoy, estos valores se reducen a casi la mitad. En solo cinco meses. 130 dólares por acción y 358.000 millones de valoración.

Lo peor, sin embargo, es cómo se enfrenta Facebook a un futuro inmediato en el que ha perdido la confianza de un número creciente de personas. En verano ya tuvo problemas por mostrar síntomas de llegar a su techo en cuanto a número de usuarios -incluso perdiendo usuarios en algunas regiones-.

También queda la sensación de que Facebook es una suerte de cementerio digital en el que ya no queda información relevante para nosotros, sino únicamente retazos intrascendentes de los pocos usuarios que lo usan como antaño, y no con meras tareas de consulta puntual.

Los caminos naturales de Facebook para los años posteriores es pasar a un modelo en el que Facebook deje de ser su producto principal y aumente el protagonismo de WhatsApp e Instagram. También en monetización.

WhatsApp hasta ahora es el que menos ingresos supone -por inacción de Facebook-, e Instagram supone 20 dólares por cada 100 que gana la empresa, siendo los 80 restantes de Facebook.

Se estima que para 2020 o 2021 podríamos hablar de un 50-50. Claro que quizás lo acontecido este año acelere la transición. ¿O también se verá salpicada Instagram de esta crisis de confianza?