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SE DEJÓ QUE LOS BOTS APRENDIERAN SOLOS Y ESTO FUE LO QUE PASÓ
Uno de los modelos de inteligencia artificial que usaba Facebook para incorporar capacidades negociadoras a sus bots tuvo un desarrollo inesperado: estos programas autónomos aprendieron tanto que terminaron por crear su propio lenguaje, alejado del que usan las personas.
Facebook investiga a fondo el campo de la inteligencia artificial, como hacen muchas empresas hoy en día. Y no sólo las grandes tecnológicas, también los fabricantes de coches, los de electrodomésticos, empresas de seguros y hasta -quién sabe- alguna panadería.
Pero el interés de Facebook es notorio. El uso intensivo de chatbots puede dar un baño de oro a sus servicios de mensajería, sobre todo Messenger... pero también WhatsApp. Ambos permanecen en ese limbo donde están todos los productos exitosos pero no rentables. Sería una locura pensar en cerrarlos, pero su situación actual no puede continuar indefinidamente.
Así que es normal que Facebook ande con sus esfuerzos puestos en mejorar los chatbots. Estos agentes automáticos podrían servir para que las empresas proporcionen atención al cliente o soporte técnico sin personal detrás. También para cerrar ventas de productos e incluso para difundir ofertas y negociarlas.
En el campo que atañe a las ventas, aunque también en la atención al cliente, las tácticas negociadoras del bot son de importancia determinantes, en primer lugar para poder establecer un diálogo coherente con su interlocutor humano, y en segundo lugar para defender su posición. Esta vertiente negociadora es el núcleo de un informe que ha publicado Facebook sobre su trabajo en inteligencia artificial.
El documento, elaborado por Facebook Artificial Intelligence Research, el brazo de la compañía dedicado a la exploración de la inteligencia artificial, ofrece algunos detalles interesantes sobre los progresos de la red social en este terreno. Pero lo más llamativo es un breve comentario sobre cómo sus bots crearon su propio lenguaje.
El trabajo de los investigadores implicaba emplear 'machine learning', esa disciplina de la inteligencia artificial que permite un aprendizaje automático a las máquinas, para entrenar a los bots. El entrenamiento incluía que los bots hablaran entre ellos, como si ambos fueran una persona real. La idea era que a fuerza de conversar mejoraran sus capacidades de negociación.
La sorpresa llegó cuando uno de los modelos de entrenamiento utilizados por los investigadores llevó a que una conversación entre bots se alejara del lenguaje humano. Estos agentes virtuales habían creado su propio lenguaje negociador, sembrado de patrones únicos. Los programadores tuvieron que intervenir para corregir la desviación.
Se trata de un hito porque los agentes de inteligencia artificial han sido capaces de desarrollar la base proporcionada por los humanos de una forma imprevista y, sobre todo, hacerlo de forma que funcionara para ellos.
Respecto a la actitud negociadora de los bots –los que no se saltaron las reglas– , el documento de Facebook revela que estos agentes virtuales ha desarrollado una sólida capacidad. Las tácticas aprendidas incluyen tretas como mostrar interés en algo superfluo para después sacrificarlo, dando a entender que el acto había costado un gran esfuerzo.
Sin duda los trabajos con inteligencia artificial seguirán progresando en el área del lenguaje. El objetivo está claro: que la experiencia sea lo más similar posible a la conversación con otra persona. Algo que por cierto no podrá suceder si los bots aprenden a hablar el idioma que les dé la gana...