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Un estudio de la Universidad de Pennsylvania
Las redes sociales nos han aportado numerosas cosas positivas: hemos podido reconectar con gente a la que teníamos perdida, nos hemos podido enterar de noticias casi al instante de producirse el hecho y, sobre todo, hemos podido compartir con todo el mundo nuestras historias, ya fueran en texto, vídeo, fotos u otros formatos.
Sin embargo, de igual modo, también nos han traído aspectos negativos que, sin ellas, posiblemente no hubieran existido o no se hubieran magnificado tanto: el ciberacoso, ciberterrorismo, robo de información personal, extorsión con fotografías privadas, etc.
Además, otra de sus consecuencias ha sido la creación de individuos enganchados a estas herramientas y que han sufrido (o sufren) enfermedades como la depresión o la soledad excesiva.
Estos dos puntos críticos es lo que han estado estudiando en el último estudio de la Universidad de Pennsylvania y en el que han concluido que limitar el uso de las redes sociales puede prevenir o ayudar a tratar dichas patologías.
Para llegar hasta esta conclusión, en el estudio, que se publicará en el mes de diciembre en la prestigiosa revista Journal of Social and Clinical Psychology, han participado 143 estudiantes de pregrado en dos pruebas que se llevaron a cabo en primavera y en otoño. Cada una de estas personas disponía de cuentas en Facebook, Instagram y Snapchat, e iban equipados con un iPhone.
Sin embargo, se les limitó el uso de las redes sociales a 10 minutos al día por cada una de ellas, de tal manera que el máximo era de media hora únicamente. El equipo de investigadores pudo comprobar este extremo gracias a la herramienta de la que disponen los iPhone por la cual se puede saber el tiempo de uso diario de cada aplicación instalada e, incluso, limitarla.
Adicionalmente, los investigadores hacían que estos jóvenes cumplimentaran unos cuestionarios cada día donde se les preguntaba acerca de su bienestar en función a varios factores como apoyo social, miedo a perderse lo que está ocurriendo, soledad, autonomía, autoaceptación, ansiedad, depresión y autoestima.
El resultado final de esos cuestionarios hizo ver a los investigadores que las limitaciones de uso de las redes sociales habían reducido también las muestras de depresión y soledad durante las tres semanas que duró el experimento respecto al grupo de control, que podía seguir utilizando las redes sociales a su antojo.
Esto hace pensar, a juicio de los firmantes del estudio, que la limitación a media hora de uso al día de las redes sociales puede ayudar a prevenir estos trastornos asociados a un uso intensivo de estas herramientas sociales, por lo que podría redundar en un mayor beneficio para la salud de las personas.