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ASÍ SON LAS RESTRICCIONES PARA MONETIZAR VÍDEOS EN YOUTUBE
Los youtubers llevan denunciándolo bastantes meses. YouTube aplica herramientas de discriminación en sus vídeos. Bloquea su monetización si el contenido es inapropiado para sus anunciantes. La última gesta es banear un vídeo de un escritor opinando sobre novelas de la Guerra Civil española.
Te voy a contar una historia de abuelo cebolleta. Yo, en 2008, creé una webtv en la que entrevistaba escritores. Grababa con una minicámara las entrevistas y las subía a YouTube. Luego, embebía esos vídeos en aquella web.
Nunca vi un euro por aquellas entrevistas. Aunque, años más tarde, una empresa me propuso incorporar el canal a su red de venta de publicidad online. A mí, la verdad, me daba igual ganar cero, que 1 euro cada cinco años por aquellas piezas sobre libros y literatura.
Hace unos días, YouTube me envía un correo electrónico y me comunica que uno de aquellos viejos vídeos “no es apropiado” para los anunciantes de la plataforma. Así, de manera automática retira todo anuncio de este contenido. Yo ni me acordaba de aquel vídeo, así que, por curiosidad, lo visioné.
El vídeo en cuestión es de realización casera, sosa, aburrida y lo que se dice en él apenas creo que dañe las sensibilidades ni de los pocos espectadores que tiene -o tuvo- ni de los posibles anunciantes que estuvieran lanzando mensajes en él.
Es un vídeo de octubre de 2009 en el que entrevisté al escritor José Ovejero por motivo de la publicación de su entonces reciente novela ‘La comedia salvaje’. Ovejero, sentado en un sofá de escay, de espaldas a una pared, en un primer plano cerrado, habla sobre la Guerra Civil española.
Su camisa es marrón. La pared es marrón. El sofá es beige o blanco, no sé porque aquello se grababa sin iluminación. En la pieza no sale un solo tiro, ni una foto en blanco y negro de la guerra, ni muertos, ni víctimas ni fachas franquistas, ni cunetas, ni una opinión malsonante que incite a la violencia.
Ovejero solo expresa en una de las frases lo que abre el titular del vídeo. “No sé si merece la pena contar la Guerra Civil desde un bando”; y luego matiza esas palabras, para que el título no se convierta en un malentendido. El vídeo así resucita en mi memoria gracias a la ‘censura’ de la filial de Google. Y me permite tener percha para contar lo que otros medios ya han contado, pero en primera persona.
‘Guerra civil’ es una etiqueta maldita para los robots que rastrean los vídeos que pueden llevar o no anuncios en YouTube. Solo basta leer el correo que me envía la plataforma. Cualquiera que haya recibido un correo así, clica en los enlaces recomendados. Entras en las condiciones y repasas todo aquel contenido que está prohibido monetizar.
YouTube no permite anuncios en vídeos sobre terrorismo, guerras, violencia, sexo, comportamiento inadecuado en personajes infantiles, palabrotas, etcétera.
“Acontecimientos controvertidos y asuntos delicados: generalmente, los vídeos que muestran o tratan temas o acontecimientos delicados que abarquen, entre otros, conflictos bélicos o políticos, terrorismo o extremismo, muertes, tragedias y abusos sexuales (aunque no aparezcan imágenes explícitas) no son aptos para incluir anuncios”, dicen las condiciones.
“Por ejemplo, debido a su temática, es posible que no se muestren anuncios en los vídeos que traten sobre tragedias recientes, incluso si se exponen con un carácter informativo o documental”, apostilla.
Es la primera de las restricciones que asumo por la cual se ha baneado mi vídeo.
“Nos esforzamos constantemente para que nuestros algoritmos sean lo más precisos posible y tratamos de comprender todos los matices (…). Nuestra intención es tratar cada vídeo en función de su contexto, ya se trate de contenido de naturaleza indudablemente cómica, educativa o satírica antes de tomar una decisión”, explican en sus condiciones o directrices.
“Si los siguientes temas describen alguna parte de tu vídeo o de sus metadatos (como el título, la miniatura o las etiquetas), es posible que el vídeo no sea apto para mostrar anuncios. En algunos casos, YouTube puede optar por no mostrar anuncios de ningún tipo de formato o anunciante”, añade la plataforma
Así, vídeos que informen de acontecimientos de nuestra Historia o sucesos de nuestro presente inmediato también estarían sujetos a bloqueo por parte de YouTube.
Dadas esa condiciones, cualquier vídeo que relate los disturbios del G-20 en Hamburgo o la reciente decisión de legalizar la marihuana en Uruguay o su simple mención en los metadatos o etiquetas estaría vetado para no enfurecer a los anunciantes de la plataforma.
“A nosotros, nos han retirado del programa de monetización incluso vídeos informativos que hacen mención a Siria, Daesh o terrorismo”, nos confirma una agencia de noticias internacionales.
Estas nuevas reglas del juego las llevan denunciando muchos youtubers hace meses, con especial enfado en aquellos que tienen un público más laxo a la hora de escuchar palabras malsonantes (prohibición número 5 de sus mandamientos).
Esta política restrictiva de vincular temas calientes con publicidad la aplica YouTube a raja tabla después de un reciente escándalo publicado por la revista Time.
Algunos grandes anunciantes decidieron retirar en bloque sus campañas publicitarias de la plataforma audiovisual de Google cuando advirtieron que sus spots también se replicaban en vídeos que ellos veían inapropiados para sus eslóganes y/o marcas.
Fue entonces cuando YouTube mecanizó el bloqueo de vídeos, etiquetas, fotos de miniatura o metadatos con las actuales restricciones. Dicho bloqueo y límites en los programas de monetización no solo afecta a los youtubers, sino a todo aquel artista, creador de contenido, medio de comunicación o periodista freelance que quiere ganar algo de dinero, aunque sea poco, con sus vídeos.
Es el peaje que debes sufrir por alojar de manera gratuita vídeos a la plataforma de Google y, encima querer obtener dinero por ellos. Sus servidores, sus reglas.
Da igual que el vídeo, como el mío, sea de un escritor sentado en un sofá de escay hablando de la Guerra Civil española, donde dice que toda novela que se escriba sobre ella debería alejarse del enconado debate presente sobre el conflicto y abordarla de manera más histórica.
El algoritmo de YouTube encontró las palabras “Guerra” y “Civil”, y eso es suficiente para bloquear el vídeo e impedir que en él se inserte publicidad de sus anunciantes.
Y, ojo, este reportaje no va sobre la monetización. Obviamente, va de otra cosa. Aunque no se puede hablar de censura sin entrecomillar el término y dejarlo como símil o metáfora.
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Si quieres consultar cuáles son los contenidos prohibidos por YouTube en los que la plataforma suspende la publicidad, puedes consultar sus condiciones aquí, en este enlace. Verás que son nueve restricciones que van desde 'Acontecimientos controvertidos y asuntos delicados', 'Drogas y productos o sustancias peligrosos' a 'Contenido con connotaciones sexuales' o 'Violencia', entre otras.