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ESTUDIO DEL ICM Y CSIC
Un estudio del Institut de Ciències del Mar y el Centro Superior de Investigaciones Científicas ha revelado las pautas alimenticias de estos moluscos y su posible rol en la regulación de animales alóctonos en el Mediterráneo. Conocer su forma de alimentarse es clave para entender su posición en la cadena trófica y la estructura de sus poblaciones explotadas.
Un nuevo estudio liderado por el Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC) ha revelado por primera vez la dieta de los juveniles de pulpo común (Octopus vulgaris) y su papel en la ecología del Mediterráneo.
La investigación, publicada en la revista Reviews in Fish Biology and Fisheries, ofrece resultados que ayudan a identificar los requerimientos alimenticios de estos cefalópodos durante la fase más desconocida de su ciclo vital.
Los autores del trabajo subrayan la importancia de entender de qué se alimentan los pulpos recién asentados en el lecho marino tras la etapa planctónica de su vida en la columna de agua.
Estos moluscos se tratan de una de las especies pesqueras más valoradas en el mercado. Por ello, que conocer su dieta durante cada fase de su vida es clave para entender su posición en la cadena trófica y la estructura de sus poblaciones explotadas.
"Gracias a esta investigación, realizada en colaboración constante con el sector pesquero, hemos podido desvelar por primera vez la dieta en el medio natural de los pulpos recién asentados y juveniles, lo que podría ser de gran utilidad para la gestión de especies invasoras en el Mediterráneo", comenta Oscar Escolar del ICM-CSIC y autor principal del trabajo.
En este sentido, los resultados del estudio desvelan que los juveniles de Octopus vulgaris son especialistas en el consumo de un grupo de pequeños crustáceos denominados anfípodos.
Dentro de ellos, está la especie invasora Jassa slatteryi, por la que los pulpos tienen predilección. Esto sugiere que podrían desempeñar un importante papel como reguladores de esta especie foránea que ha colonizado el Mediterráneo.
"El 90% de los estómagos analizados contenían restos de Jassa slatteryi, lo que indica que los pequeños pulpos podrían llevar a cabo una función reguladora de esta especie invasora", expone Fernando Á. Fernández-Álvarez del ICM-CSIC y coautor del trabajo.
Según el artículo, a medida que los pulpos juveniles crecen y sus brazos incrementan su tamaño relativo y fortaleza muscular, su dieta se diversifica. Incluyen una mayor variedad de especies de crustáceos y bivalvos.
Este grado de detalle ha sido posible gracias al uso de técnicas moleculares, que han permitido detectar, además, que los hidrozoos son el segundo grupo más frecuente en la dieta de los pulpos juveniles.
"Esta información difícilmente la hubiéramos obtenido usando técnicas visuales de identificación de presas basadas en la morfología de los contenidos estomacales, ya que los hidrozoos están compuestos por un 90% de agua, y dado que los tiempos de digestión son extremadamente rápidos, es difícil identificar restos de estas presas", apunta Roger Villanueva del ICM-CSIC y coordinador de la investigación.
Los ejemplares utilizados para la elaboración del estudio fueron capturados usando un innovador colector de pulpos juveniles registrado en la Oficina Española de Patentes y Marcas como modelo de utilidad.
El dispositivo ya ha despertado el interés de grupos de investigación de otros países, lo que según el equipo científico "podría llevar a una replicación y validación de estos experimentos en diversas áreas".
En concreto, para el desarrollo de la investigación se realizó un muestreo quincenal durante tres años consecutivos en el área de pesca de pulpo de Vilanova i la Geltrú (Barcelona).
Esto permite determinar por primera vez las pautas de asentamiento en el lecho marino y reclutamiento poblacional de esta especie de elevado interés pesquero.
De cara a futuros trabajos, los investigadores seguirán ahondando en el estudio de la ecología trófica del pulpo común. En esta línea, intentarán descifrar cómo los cambios en la dieta de los cefalópodos pueden influir en la composición del microbioma de su tracto digestivo, que es algo que no se ha hecho hasta ahora.
El estudio del microbioma del sistema digestivo del pulpo ofrece importantes parámetros para la comprensión del estado de salud y bienestar de este molusco, la evolución microbiana y las simbiosis, además de su potencial biotecnológico en la producción de enzimas y compuestos bioactivos.
A nivel ecológico, este conocimiento puede ayudar en la conservación de ecosistemas marinos donde habitan pulpos, a detectar signos tempranos de desequilibrio ecológico y diversidad microbiana, así como en la evaluación del impacto del cambio climático.
Referencia:
Óscar Escolar et al., "Octopus diet during the settlement period using DNA metabarcoding", Reviews in Fish Biology and Fisheries, 2024