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SECRETARIO GENERAL DE LA ONU
En su discurso de apertura de la cumbre de líderes de la COP28, que se celebra en Dubái, el secretario general de la ONU ha asegurado que, para evitar el colapso planetario, los gobiernos deben acordar la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles. A los dirigentes de las empresas petroleras les ha pedido que no sigan apostando por un modelo de "negocio obsoleto".
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha asegurado este viernes que aún no es demasiado tarde para limitar el calentamiento global y evitar el colapso planetario siempre y cuando actuemos ya y se acuerde la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles.
Lo ha hecho en su discurso en la cumbre de líderes de la Conferencia de las Partes (COP28) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se acaba de inaugurar en Dubái. En la cumbre intervendrán unos 140 mandatarios de todo el mundo.
Según el secretario general de la ONU, el deshielo es un "síntoma" más de la enfermedad que afecta al clima y que solo los líderes mundiales "pueden curar"
Tras relatar su reciente paso por la Antártida y los glaciares de Nepal, ha subrayado que el deshielo es un "síntoma" más de la enfermedad que afecta a nuestro clima y que "solo ustedes, líderes mundiales, pueden curar", en sus palabras.
"Los signos vitales de la Tierra están fallando: emisiones récord, incendios feroces, sequías mortales y el año más caluroso de la historia. Estamos a kilómetros de los objetivos del Acuerdo de París" y al límite de poder acotar el calentamiento en 1,5 grados, ha afirmado.
"Pero no es demasiado tarde y se puede evitar el colapso planetario. Disponemos de las tecnologías necesarias para evitar lo peor del caos climático, si actuamos ahora", ha aseverado Guterres, en un tono de esperanza poco habitual en sus discursos sobre cambio climático.
Para lograrlo, necesitamos ya "liderazgo, cooperación y voluntad política", según el líder de Naciones Unidas, que ha subrayado que la acción climática puede, además, cambiar la injusticia que gobierna el mundo.
En su opinión, el "diagnóstico es claro" y el éxito de la COP pasa porque el conocido como balance global del Acuerdo de París (Global Stocktake) "prescriba una cura en tres áreas".
En primer lugar, reducir drásticamente las emisiones, un apartado en el que el G20 (las mayores economías del mundo que concentran el 80 % de las emisiones mundiales) debe tomar la iniciativa, ha dicho Guterres, que ha instado a los países desarrollados a ser cero emisiones netas en 2040 y a las economías emergentes en 2050.
"En segundo lugar, no podemos salvar un planeta en llamas con una manguera de combustibles fósiles (...) La ciencia es clara, el límite de 1,5 º C sólo es posible si dejamos de quemar todos los combustibles fósiles" de manera progresiva y con un calendario claro, así como triplicar la capacidad renovable y duplicar la eficiencia energética.
Guterres pide a los gobiernos que regulen, legislen y acaben con las subvenciones a los combustibles fósiles, al tiempo que adoptan un impuesto sobre los beneficios extraordinarios
En este apartado, ha recordado que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, en inglés) ha recomendado acabar con el carbón para 2030 en los países de la OCDE y para 2040 en el resto, a lo que ha añadido que, según la Agencia Internacional de la Energía, petroleras y gasistas sólo aportan el 1 % de la inversión en energías limpias.
"Tengo un mensaje para los dirigentes de las empresas de combustibles fósiles: no sigan apostando por un modelo de negocio obsoleto y lideren la transición a las energías renovables", pues el camino hacia la sostenibilidad climática "es también la única vía viable para la sostenibilidad económica de sus empresas".
En este contexto, ha pedido a los gobiernos que ayuden al sector a tomar la decisión correcta "regulando, legislando, poniendo un precio justo al carbono, acabando con las subvenciones a los combustibles fósiles y adoptando un impuesto sobre los beneficios extraordinarios".
En tercer lugar, las partes deben comprometerse a aumentar la financiación en mitigación, adaptación y pérdidas y daños y apoyar la reforma de los bancos multilaterales de desarrollo para conseguir mucha más financiación privada a costes razonables.
"Excelencias, el reto climático no es un asunto más en su bandeja de entrada (de correo electrónico). Proteger nuestro clima es la mayor prueba de liderazgo del mundo. Les insto a liderar, el destino de la humanidad pende de un hilo, hagan que esta COP cuente", ha concluido.
El nuevo fondo de pérdidas y daños, el hito que ya se celebra en la cumbre del clima de Dubái (COP28), ayudará a los países vulnerables a la crisis climática a asumir la factura de los impactos. ¿Qué implica esta "victoria" para la cooperación climática internacional?
La decisión mandó una señal a los Estados de que esta cumbre no debe atascarse, como las pasadas, en resoluciones que finalmente se toman a última hora, y fue, según coinciden los analistas consultados por EFE, una declaración de intenciones por parte de la presidencia, que quiere avanzar rápido.
Este año, las partes han venido a la ciudad-emirato de Dubái a discutir, sobre todo, de mitigación —reducción de emisiones de gases efecto invernadero— en el marco del Balance Global, el proceso de evaluación de los esfuerzos climáticos que está en esta COP28 en fase de conclusión.
El asunto de pérdidas y daños queda, en parte, despachado, pero se espera que los anuncios de aportaciones al fondo continúen a lo largo de los próximos días.
Estos son algunos detalles del nuevo mecanismo:
¿Qué es el fondo? Es un mecanismo de financiación ideado para proporcionar recursos “nuevos y adicionales” —más allá de los otros fondos enmarcados en la Convención de la ONU sobre cambio climático y de las partidas destinadas a la cooperación internacional— y movilizarlos hacia los países en desarrollo impactados por las consecuencias del cambio climático, un fenómeno al que, por otro lado, apenas han contribuido.
Pero, ¿no se aprobó ya el año pasado? En la cumbre del clima de Sharm el Sheij, celebrada en la ciudad egipcia en noviembre de 2022, los países del sur global lograron lo que calificaron de “victoria histórica”: las partes reunidas en la COP27 decidieron a última hora crear este fondo, pero a lo largo de 2023 se han ido negociando detalles como dónde sería alojado, quién debería contribuir o quién podrá recibir, entre otros.
Sin embargo, no ha sido hasta la COP28 cuando finalmente se ha adoptado la decisión formal que recoge las sugerencias del Comité de Transición y que pone en marcha el mecanismo, que además ya cuenta con cerca de 400 millones de dólares, pero se espera que cada año llegue a contar con al menos 100.000 millones de dólares.
¿Por qué el Banco Mundial? Desde el Comité de Transición, establecido para convenir los detalles del fondo y hacer una propuesta formal —cosa que hicieron a principios de noviembre tras su última reunión en Abu Dabi—, señalan que una prioridad para los países más vulnerables al cambio climático es la “agilidad”, que el fondo sea activado cuanto antes para que los pagos (en forma de subvención y no de préstamo) empiecen a fluir hacia estas regiones más impactadas.
En qué entidad se alojaría el fondo había sido una cuestión polémica entre los miembros del comité, que finalmente decidieron que, de manera provisional —durante al menos los próximos cuatro años—, el Banco Mundial se ocuparía de acoger el mecanismo, si la entidad acepta las condiciones acordadas en la COP28.
El Banco Mundial tiene así luz verde para operacionalizar el fondo, pero tendrá que garantizar que la junta directiva de dicho fondo es autónoma y es quien deliberará si un determinado país afectado por el cambio climático (por ejemplo, mediante acontecimientos meteorológicos extremos como grandes inundaciones o sequías) recibe dinero o no.
¿Quién deberá contribuir? En principio las contribuciones son voluntarias, y aunque están llamados los países desarrollados —clasificados así en el Anexo I de la Convención Marco de la ONU sobre Cambio Climático—, puede aportar quien lo considere, incluido el sector privado, tanto mediante “fuentes innovadoras” de financiación, como pueden ser los impuestos al carbono, como desde la filantropía o desde pagos de empresas contaminantes.
Minutos después de adoptarse la decisión de activar el fondo, Emiratos Árabes Unidos y Alemania se comprometieron a aportar, cada uno, 100 millones de dólares, mientras que el Reino Unido dijo que aportaría 40 millones de libras; Estados Unidos, 17,5 millones de dólares, y Japón, otros 10 millones.
La Unión Europea, haciendo un recuento de los compromisos de sus estados miembro, dijo que aportaría al menos 225 millones, pero se espera que la cifra siga subiendo tras los discursos de los líderes políticos.
¿Quién podrá recibir? El fondo está pensado para ayudar a asumir los costes de impactos climáticos en aquellos países en desarrollo y “particularmente vulnerables” a los efectos del calentamiento global.
En principio, según lo adoptado, China estaría incluida en la categoría de países en desarrollo; y por tanto, formalmente, podría optar a beneficiarse del fondo, si bien la decisión de si recibe o no ayuda sería tomada por la junta directiva del fondo.