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DUDAS SOBRE SU EFICACIA
Un hombre de 62 años con insuficiencia renal terminal es el primer ser humano en recibir un nuevo riñón de un cerdo modificado genéticamente, según han anunciado médicos del Hospital General de Massachusetts, en Boston. La responsable de la Organización Nacional de Trasplantes, Beatriz Domínguez-Gil, señala que este tipo de intervención está aún lejos de realizarse en nuestro país, tanto por las dudas sobre su eficacia y seguridad como por los criterios de inclusión de pacientes.
La Organización Nacional de Trasplantes (ONT), ha alejado la posibilidad de un xenotrasplante de cerdo a un ser humano con fines terapéuticos no solo por las dudas sobre su eficacia y seguridad, sino porque antes "hay que definir muy bien los criterios de inclusión de pacientes en este tipo de procedimientos".
En la XIX Reunión Nacional de Coordinadores de Trasplantes y Profesionales de la Comunicación, la directora general de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil, ha querido hacer una "llamada a la cautela" al ser preguntada por el primer trasplante de riñón de un cerdo modificado genéticamente a un paciente de 62 años afectado de una enfermedad renal en etapa terminal en el Massachussets General Hospital de Boston (Estados Unidos).
Domínguez-Gil ha recordado que la principal novedad de este xenotrasplante –ya se hicieron dos de corazón y varios renales a personas en muerte encefálica– es que se trata del trasplante de un órgano no vital con fines terapéuticos.
Además, se han hecho hasta 69 modificaciones genéticas que lo que buscan es mejorar la compatibilidad del órgano del cerdo con la del ser humano, es decir, "mejorar la similitud entre especies".
Por una parte, para la ONT, esta noticia "vuelve a refrendar" que cada vez está más cerca la factibilidad del xenotrasplante como realidad clínica.
Sin embargo, le suscita "cuestionamientos éticos", el principal el relativo a los criterios que tiene que cumplir un paciente para que se le oferte la opción de un xenotrasplante frente a una terapia consolidada y con muy buenos resultados como es el trasplante convencional, de humano a humano.
En el caso de un órgano vital, como el corazón, ha proseguido, se puede "entender que un paciente que está en una situación clínica muy deteriorada, para el que no se espera recibir un órgano a tiempo, pueda ser planteable".
Pero en este caso se trata de un trasplante renal que siempre tiene una alternativa terapéutica, la diálisis, que ofrece la posibilidad al paciente de esperar a que el órgano adecuado esté disponible a tiempo.
De ahí que, a día de hoy, lo que más preocupe a la ONT sea precisamente la definición de los criterios que hacen que un paciente sea potencialmente incluible en un estudio de xenotrasplante, más aún "con todas las incógnitas que hay a su alrededor, ya que aún existen muchas dudas de la eficacia y la seguridad a corto, medio y largo plazo de estos procedimientos".
Estas intervenciones, por ahora, solo se han hecho en Estados Unidos, pero "desde luego en Europa en general y en España en particular", el primer objetivo es, además de solventar los temas técnicos necesarios para llevar a cabo este tipo de procedimientos, sea definir muy bien qué criterios de inclusión de pacientes.