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Consejos para viajar en invierno

5 cosas que no debes olvidar en tu maleta cuando visites países fríos

Viajar con temperaturas bajas es un auténtico reto, pero ese frío puede llevarse mejor si nos preparamos para ello. A la hora de hacer tu maleta, ten a mano este artículo: vamos a ayudarte con ella.

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Hay lugares que solo se conocen realmente cuando los visitamos en la época del año que los caracteriza. Aunque uno quisiera librarse de las bajas temperaturas, viajar a Islandia o a Noruega en invierno, cuando la nieve cubre sus calles y es posible descubrir cómo viven sus habitantes, es una buena decisión.

Puede costar tomarla, porque cuesta pensar en que los termómetros no llegan a marcar grados positivos en estos meses del año, pero no te arrepentirás una vez que estás allí. La clave en estos casos es prepararse para ello y, en este sentido, pocas cosas importan más que hacer bien la maleta.

¿Qué meter en ésta? A todos se nos vienen a la cabeza una serie de prendas de abrigo que vamos a poner por escrito; ten a mano estas líneas a la hora de preparar tu maleta y todo será mucho más sencillo una vez que te enfrentes a lo que no deja de ser un reto: superar las temperaturas bajo cero.

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1. Guantes, gorro, bufanda. El trío de oro en invierno. Consejos: elige unos guantes que puedan mojarse sin que con ello afecte a la temperatura, que el gorro se adapte perfectamente a la cabeza para que no quede grande, porque es un incordio, y que la bufanda, esta sí, sea tan grande como sea posible. Casi más una manta que una bufanda.

2. Orejeras. Tendemos a valorar poco este complemento, pero es algo que no podéis olvidar. Una infección de oídos o, simplemente, coger frío en ellos, puede ser muy dañino en viajes de este estilo. El aire molesta el triple y el frío se nos cuela en todas partes. Combinadas con el gorro perfecto nos mantendrán calientes.

3. Botas adecuadas a la nieve. Ni que decir tiene que el calzado es importantísimo. Las botas tienen que estar perfectamente adaptadas a las precipitaciones: que puedas caminar con ellas entre la nieve y que la suela sea suficientemente gorda como para que andar por lugares congelados no suponga ningún problema para nuestro calor corporal. Calcetines, claro, bien gorditos, pero sin llegar a ser incómodos.

4. Abrigo. Lo mismo que sucede en el punto anterior: impermeable y calentito. De nada nos sirve llevar un abrigo de lana que nos empapará cuando llueva o nieve. Imagínate a ti mismo en las peores condiciones climatológicas y piensa en cómo te sentirás si no consigues frenar las precipitaciones. Con un buen abrigo, al menos, te mantendrás algo alejado de ellas.

5. Camiseta térmica. Lo que puede marcar la diferencia entre encontrarse bien y no conseguir entrar en calor en ningún momento hasta el punto de querer volver al hotel. Ponte la camiseta térmica un rato antes de salir de casa, que se adapte a tu cuerpo y todo irá bien en el exterior. Estarás calentito en todo momento. También existen unas mallas que pueden venirnos muy bien si vamos a enfrentarnos a temperaturas realmente bajas. Este último punto es fundamental.