Regalos posibles e imposibles
Si eres un viajero empedernido con mono de aeropuerto, estación y hotel seguro que esta noticia sea solo un resumen de tus sueños pero si lo que buscas es el regalo perfecto para un viajero tal vez aquí encuentres inspiración.
Cuando el pasado mes de marzo nos vimos confinados empezamos a ser conscientes del drama que nos tocaba vivir, pero estábamos todavía lejos de entender que, casi 10 meses después de aquello y después de desescalarnos, viajar por placer estaría todavía entre el estrecho espacio que separa lo imposible de lo improbable; tampoco se nos ocurrió entonces pensar que la vuelta a la normalidad no tendría fecha de retorno y que tendríamos que conformarnos con una nueva normalidad a la que no acabamos de hacernos pero ahora que la vacuna está ya llegando (la de Pfizer, de hecho, ha llegado ya) y que sabemos que la mascarilla y la distancia física así como la ventilación en espacios cerrados son sino garantía total sí un buen remedio para reducir a lo improbable el riesgo de contagio o que éste, aun en caso de producirse, sea con tan baja carga viral que podamos sobrellevar la COVID-19 sin más susto que el de sabernos portadores del maldito virus, podemos también empezar a soñar con desempolvar nuestro espíritu viajero y quitarnos el mono de aeropuerto, estación y hotel.
Y en este punto de sueño casi posible aunque todavía no del todo... ¿qué le pide un viajero a los Reyes Magos?.
Sin duda lo primero es que se lleven la pandemia allá donde no moleste, que la volatilicen en el tiempo, que la aniquilen, que la borren del planeta... Y lo segundo es tiempo y parné, para que engañarnos, porque viajar por placer cuesta dinero y para ganarlo hay que trabajar y en esa confluencia de lo uno y lo otro los viajes se nos encogen. Claro que tú no puedes regalarle a un viajero ni un milagro ni un boleto premiado del euromillón, a lo sumo una galleta china de la suerte (con el riesgo que conlleva un regalo sorpresa); ¿qué puedes regalarle tú a un viajero?.
Veamos... un par de noches de hotel, por ejemplo, y no vale poner como excusa para ahorrate el regalo el engorroso asunto de la fecha, actualmente y a cuenta de la maldita pandemia las reservas no tienen coste de candelación ni por cambio de fecha así que el regalo, si está bien elegido, será un acierto seguro aunque llegado el momento baile en el calendario la fecha en la que se disfruta.
Regalar un viaje virtual es, a estas alturas, un riesgo porque el buen viajero los habrá vivido todos a lo largo y ancho del aciago 2020 pero ¿y si fuera su viaje virtual? un viaje a través de sus viajes... ¿tienes acceso a sus fotos de viajes o resulta que, como compañero habitual de rutas y aventuras, tienes las tuyas propias algunas de las cuales cabe que, a pesar de salir en ellas, tu viajero amigo no haya visto? monta un video o un álbum (hay aplicaciones que seguro conoces que te ayudarán a hacerlo de forma fácil) y ciérralo con un conjuro para que, al verlo juntos, acabéis conjurándoos para viajar de nuevo.
El regalo personal es siempre la mejor opción ¿recuerdas aquella mochila a la que le echó el ojo cuando pensábais en en recorrer juntos la ruta del Cares? no se la compró porque fue entonces cuando nos confinaron y total para no ir... reaviva sus sueños senderistas y regálale la mochila en cuestión (y quien dice la mochila dice la bolsa de mano o la maleta que sabes que necesita renovar o la cartera que sabes necesita para guardar toda la documentación durante el viaje).
¿Más regalos? hay uno que no es especialmente económico pero sí brutalmente excepcional: unas gafas de realidad virtual con un buen montón de viajes virtuales en ellas ¿las has probado? podrá colarse en la tumba de Tutankamón o en el Museo del Prado, recorrer las calles de sus ciudades favoritas, sus museos... y no hay cierre perimetral que frustre el viaje.
¿Sigues sin regalo que te seduzca? sé práctico: las botas de nieve que le gustan y a las que espera echar el guante en las rebajas, una bolsa de playa, con sus chanclas a ser posible, de esas que saben a verano y os conjuran para pisar la playa cuanto antes mejor, ¡libros! un libro es siempre una buena idea como regalo para un alma viajera y si el objeto de tu regalo es poco lector, que sea directamente una guía de viaje de ese destino que sabes que tiene clavado cual espinita en el corazón.
Y recuerda que un regalo es también para sonreir y compartir ¿qué tal un puzzle de un mapa del mundo? ¿y un juego de construcción de ese monumento del que está enamorado?.