Consejos viajeros para elegir destino
Se está acabando el verano, pero eso no significa que se acaben nuestras ganas de viajar. ¿Estás planteándote visitar Nueva York? ¿Una parte de ti te pide que lo hagas en invierno, pero la otra te ruega que no tomes esa decisión? Te contamos por qué la ciudad de los grandes rascacielos también debe ser visitada en esa época del año.
Es más que probable que al menos un conocido tuyo haya visitado Nueva York este verano. Sin saber muy bien por qué, durante los últimos meses se ha producido un boom de visitas a la Gran Manzana y a quienes hemos tenido que quedarnos al otro lado del océano se nos han puesto los dientes largos, no vamos a negarlo. Por eso, también es muy probable que más que nunca te estés planteando hacer ese viaje. Al fin y al cabo, Nueva York lleva toda la vida en tu lista de deseos y ahora que ves que tantas personas de tu entorno han logrado pisar sus calles has comprendido que tú también tienes derecho a hacerlo. Pero… ¿Esperar al siguiente verano? Se antoja algo larga la espera y todos nos hemos quedado con ganas de seguir viajando un poco más, así que… ¿Por qué no hacerlo en invierno?
Seguro que nada más hacerte esa pregunta a ti mismo te han venido a la mente preciosas estampas de Nueva York nevado, pero también lo han hecho las advertencias de muchos acerca del frío que te puedes encontrar en la ciudad. Y de lo pronto que anochece. Y otra vez del frío y el temporal. Entonces las dudas aparecen y te planteas que quizá sea mejor esperar hasta el siguiente verano y hacer caso a todas esas advertencias. Error. Hay muchas y muy buenas razones por las que debes viajar a Nueva York en invierno y debes tenerlas presentes antes de decidirte por una época concreta del año para hacer tu viaje.
Para empezar, si haces coincidir tu visita con la Navidad o las semanas anteriores a esta, tendrás la oportunidad de conocer cómo viven allí esta fiesta tan especial y de maravillarte con ello. Los decorados de las calles y de los principales edificios y locales son espectaculares, sólo hay que pensar en Rockefeller Center para tenerlo claro. El ritmo de la ciudad cambia por completo, el ambiente es diferente y todo se transforma de una manera que jamás podríamos imaginar en España.
Otro motivo por el que verdaderamente merece la pena visitar Nueva York durante los meses que dura el invierno es la oportunidad de contemplar sus paisajes más emblemáticos completamente cubiertos de nieve. Central Park, la Estatua de la Libertad, Times Square, el Puente de Brooklyn… Si ese manto blanco que a veces nos visita aumenta la belleza de cualquier ciudad, imagina cómo será cuando lo hace con la ciudad que nunca duerme.
Por otro lado, concretamente el mes de enero puede ser un mes muy, pero que muy bueno para viajar a Nueva York. Los vuelos y los hoteles bajan considerablemente sus precios después de Navidad y, además, comienzan las rebajas. Unas rebajas que no sólo son aplicables a tiendas y grandes almacenes, sino también a los espectáculos de Broadway y a los restaurantes. Con precios mucho más bajos de lo normal, podrás aprovechar para que tu experiencia allí sea mucho más completa y satisfactoria.
Para los amantes de los deportes, también hay una muy buena razón para visitar Nueva York en invierno. Mientras que en verano la NBA está parada, en esa época los partidos se multiplican durante la semana, por lo que también podrás disfrutar de ese espectáculo en directo. Una experiencia de la que pocos pueden presumir.
¿Pasarás frío? Indudablemente. ¿Quizá tengas que adaptarte más a su horario que en verano? Probablemente. Pero merecerá la pena y conocerás Nueva York de una forma muy diferente a como suele hacerlo la mayoría de turistas.