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El ascensor Paternóster, conocido como "el que nunca para", se encuentra en el ayuntamiento de Praga, la capital de República Checa y se ha vuelto muy popular en las redes sociales ya que es infinito y su funcionamiento no acaba nunca.
En todo el mundo hay lugares y cosas de lo más desconocidas y otras de lo más populares, como es el caso del Castillo de Praga, la capital de la República Checa. Pero si no salimos de esta ciudad, seguro que hay algo de lo más peculiar de lo que no has oído hablar.
Se trata del ascensor Paternóster o más bien, "el ascensor que nunca para", del ayuntamiento de Praga. Consiste en una cadena de compartimentos abiertos, habitualmente diseñados para dos personas, que sin detenerse se mueve lentamente en un ciclo hacia arriba y hacia abajo en un edificio.
El nombre original era el de elevador cíclico, sin embargo, el nombre paternóster, proveniente de las primeras dos palabras del padrenuestro recitado en latín, que se le dio por su parecido con un rosario.
El inventor de estos ascensores fue Peter Ellis en 1860. Fueron muy populares en toda Europa del Este y Alemania, pero la producción terminó en 1970 por razones de seguridad.
En la República Checa hay 68 ascensores de este tipo funcionando, y un lugar donde se puede experimentar el viaje es en la entrada trasera del Ayuntamiento de Praga, nada más entrar al edificio, al fondo.
El ascensor no es nada rápido, no tiene puertas y para acceder a él tienes que dar un pequeño salto. Cuando llega al final del recorrido, cambia de sentido en medio de sacudidas y apagones de la luz interior, siempre sin perder la verticalidad. Suena divertido, ¿verdad? Pues ya sabes, si viajas a esta ciudad, ¡no te lo puedes perder!