ARAGÓN
La Basílica del Pilar de Zaragoza es todo un símbolo para los aragoneses. Es el momento de descubrirla a través de estas curiosidades.
No es ningún secreto que, con el paso del tiempo, la Basílica de El Pilar se ha convertido en todo un símbolo no solamente para cualquier zaragozano, sino para un aragonés. Si decides visitar esta ciudad no puedes marcharte sin hacer una visita a “La Pilarica”.
Para conocer la historia de esta espectacular edificación, es importante saber algunas curiosidades o tradiciones que son importantes para comprender muchísimas cuestiones. Es evidente que estamos ante un lugar que desprender una magia especial que es difícil de explicar. ¡Vamos con algunos datos!
Cada torre tiene su nombre
Pocas personas conocen este dato, pero es de lo más curioso. Las cuatro torres que tiene la Basílica tienen nombre. La situada al oeste de la fachada principal, la Torre de Santiago, es la más antigua, ya que data del año 1715. Unos doscientos años más tarde se construyó la Torre de Nuestra Señora del Pilar. La tercera en cuestión es la Torre de San Francisco de Borja y, por último, la Torre de Leonor de Salas, su esposa, más conocida como viuda de Urzaiz.
Ahora bien, ¿por qué se pusieron estos dos últimos nombres? Estamos hablando de un matrimonio muy conocido en la ciudad, con mucho dinero y sin hijos. Como acto de voluntad y con motivo de sus bodas de oro, decidieron regalar a Zaragoza esas dos torres que faltaban a la basílica. Lo cierto es que San Francisco de Borja jamás llegó a verlas terminadas.
La historia de las bombas que nunca explotaron
Los visitantes tienen la oportunidad de ver, cerca de la capilla donde se encuentra la Virgen, el agujero que dejaron las bombas que, en agosto del año 1936, cayeron en esta basílica por parte de un avión republicano. La tradición asegura que fueron un total de cuatro. La primera de ellas cayó en el río Ebro, la otra en la Plaza del Pilar y las otras dos en el templo, sin que ninguna llegara a estallar. Hay quien dice que esta historia fue inventada para crear una propaganda anti-republicana. Sea como sea, ¡los boquetes existen!
¿De qué color es el manto de “La Pilarica”?
Los zaragozanos, antes de entrar a ver a la Virgen, suelen hacerse esta pregunta a modo de adivinanza. La respuesta no es sencilla si tenemos en cuenta que tiene hasta más de 500 mantos. Se cambia cada día y responde a colores litúrgicos. Manto blanco para Navidad, rojo para domingo de Ramos o Viernes Santo, morado para cuaresma o verde, que corresponde a la mayoría de las ocasiones. Eso sí, debes tener en cuenta que los días 2, 12 o 20 de cada mes (menos el 2 de enero, 12 de octubre y 20 de mayo) la Virgen no lleva manto.
El milagro del “Cojo de Calanda”
En una de las paredes que podemos encontrar en la parte sur de la Basílica nos encontramos con un cuadro que hace mención a este milagro. Se dice que a un joven, llamado Miguel Pellicer Blasco, la Virgen decidió restituir la pierna derecha que le había sido amputada. Esto sucedió en marzo del año 1640. Este hecho llegó a oídos de la corte, por lo que el joven fue recibido por el rey Felipe IV. La noticia no solamente causó sensación en España, sino también en Italia y sur de Francia.
La misión de los Infanticos
Una de las tradiciones más conocidas en Aragón es pasar a los bebés por el manto de la Virgen del Pilar para buscar protección. Los conocidos como Infanticos cumplen con este objetivo cada día, en turnos de dos. El mayor de ellos sube en sus brazos a los bebés mientras que el más pequeño acompaña a los mayores para subir la escalinata que les lleva hasta la Virgen. Los padres, si lo desean, pueden llevar a sus hijos las veces que quieran aunque deben ser conscientes que el último día será el de su Primera Comunión.
El lugar con las mejores vistas de Zaragoza
Poca gente conoce este dato, pero debes tener en cuenta que por tres euros puedes obtener las mejores vistas de la capital de Aragón. En la Torre de San Francisco de Borja, una de las cuatro de la Basílica, hay un mirador que es sencillamente espectacular. Suele estar abierto de 10 a 14 horas y de 16 a 18 horas, aunque en verano el horario puede variar. Se accede desde el exterior de la basílica, concretamente en la esquina con la Calle Jardiel. ¡No te dejará indiferente!