TE LO CONTAMOS

Castillo de Edimburgo: La fortaleza que está construida sobre un volcán y que tiene un fantasma en su interior

El castillo de Edimburgo, que se encuentra en Escocia, está asentado obre antiguo volcán de alrededor de 350 millones de años y cuenta la leyenda de que en su interior habita un fantasma de un joven gaitero. ¡Te contamos todo sobre era joya medieval!

Las fortalezas medievales son algo que nos llama mucho la atención, auténticas joyas de la historia que reciben miles de visitas de turistas al año e incluso han salido en películas, series y programas de televisión, como por ejemplo el castillo de Sigüenza, protagonista del reality 'Traitors'.

Algunos de estos castillos se encuentran en lugares realmente impresionantes como es el caso delCastillo de Edimburgo, ubicado en Escocia, que se encuentra sobre un volcán. Esta fortaleza, cuyo origen está datado en el siglo XI, está erigida sobre una roca de origen volcánico ubicada en el centro de la ciudad vieja y es, sin duda, el principal atractivo de la zona.

Hoy en día la colina se conoce como Castle Rock, el castillo está asentado obre antiguo volcán de alrededor de 350 millones de años y está situado en el extremo oeste de la Royal Mile, la calle principal de Edimburgo.

Castillo de Edimburgo | Imagen de Andrew Shiva en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 4.0.

Fue levantado en el siglo XII en honor a la reina Margarita, aunque en la zona existen vestigios pertenecientes a la Edad de Hierro. A lo largo de los años tuvo una gran importancia militar, sobre todo durante las guerras de independencia de Escocia.

El fantasma del Castillo de Edimburgo

Este fantasma que habita en el castillo de Edimburgo se llama Lone Piper, el gaitero solitario, y la leyenda cuenta que, siglos atrás, al descubrir que bajo el castillo existían túneles subterráneos para conectarlo secretamente con otras partes de Edimburgo, mandaron a un joven gaitero a explorarlos.

Datos sorprendentes sobre el castillo de Edimburgo que quizá no sabías | Pixabay

Y no a un joven cualquiera, sino a un gaitero, para que tocara mientras caminaba y, así, pudieran saber dónde se encontraba desde la superficie. Sin embargo, la música cesó abruptamente y nadie jamás volvió a ver al gaitero.

Desde entonces, hay quien asegura oír el sonido de las gaitas, como un lamento, aflorando desde lo más profundo de la fortaleza, donde el gaitero solitario quedó atrapado para siempre. Sin embargo, esta no es la única anécdota del Castillo de Edimburgo sino que cuenta con 8 más que puedes leer en este enlace.