Para los enamorados de la aventura
Da igual el día que sea, siempre hay una ocasión ideal para hacer un regalo a nuestras personas viajeras más cercanas, esas que siguen una filosofía ‘Wanderlust’ o que simplemente no pueden estar en el mismo lugar más de algunas semanas o meses.
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¿Sabes ya qué tipo de viajero eres?
Cuaderno de Viaje (Una carta para cada día de su viaje)
Esta idea, a pesar de que parece de lo más alternativo, nace en los siglos XVII y XVIII cuando artistas y nobles del norte de Europa viajaban a Italia o España para ver obras de arte antiguo y tratar de inspirarse. En esos cuadernos dibujaban y describían con textos lo que veían. Aunque nuestro viajero o viajera no sea un artista empedernido, siempre es bonito y gusta pegar las entradas de los museos, la entrada de un concierto o festival que nos ha encantado o hacer una lista con los mejores cafés de la ciudad.
Mapa de su ciudad preferida en el mundo
Para aquellos que se dejan el corazón en una ciudad que visitan millones de veces y que se saben de memoria. Que podrían recorrerla con los ojos cerrados y que cada vez que cierran los ojos sueñan con estar ahí. Tal vez esa ciudad anhelada es la natal, para muchos que viven expatriados. Por eso, un buen detalle es regalarles la imagen de esa ciudad, el mapa y que lo cuelguen o lo coloquen donde quieran. En internet encontraremos diversas compañías online que los envía. Pero si queremos algo más artesanal, algunos ayuntamientos como el de Madrid, tiene planos de la ciudad de diferentes siglos libres de copyright.
Una cámara desechable
Porque un cuaderno de viajes no está completo sin las fotos pertinentes, y porque al final hay que ir a la tienda de fotografía a imprimir las fotos digitales, volvemos a lo analógico. Tiene su encanto y el romanticismo de las cosas en desuso. Fotografías con la raya roja en medio por algún rayo de luz que estaba donde no debía, volver a pasar el carrete, comprobar cuantas fotos quedan. Y en cierta forma, se vuelve a valorar el objeto, paisaje o persona a fotografiar más que cuando usamos nuestros smartphones. Por supuesto, no podemos olvidarnos de los nervios y la emoción de esperar 3 o 4 días para ver qué tal han quedado las fotos.
Un dron
El espíritu viajero no es incompatible con la tecnología. Se puede amar lo analógico y las fotos de carrete, y al mismo tiempo ser un devoto de las fotografías aéreas de la zona que visitamos. Hay personas a las que les encanta tener una visión total de los lugares a los que viajan el dron permite tomar fotografías que de otra forma no seríamos capaces. Además de que nos proporcionará puntos de vista y descubrirá detalles que desde nuestra posición a ras de suelo no podemos disfrutar. No está de más considerar estas opciones más nuevas y rompedoras acorde con los tiempos que vivimos de auge tecnológico.
Báscula de maletas
Los viajeros senior o nivel experto seguro que saben y tienen muy presente la importancia de ser práctico y eficaz. Y la practicidad en términos de equipaje es indispensable, bien sean maletas o mochilas. Si nuestro viajero va a coger algún avión y a facturar, entonces será mejor ahorrarle la reorganización de la maleta en pleno aeropuerto. Aunque, seguramente sea muy ducho en empacar los imprescindible y no excederse, no está de más asegurarse.
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