Viajes pictóricos
Hay muchas maneras de viajar desde casa: películas, libros, tours virtuales... Sin embargo, algo en lo que no pensamos mucho a la hora de transportarnos a otros lugares es el arte. A través de él también podemos imaginarnos en otros lugares, incluso en otras épocas. Por eso, te traemos cinco cuadros que debes conocer debido a su capacidad de evasión.
El mundo interior de los pintores puede llegar a ser fabuloso. Gracias a él, son capaces de trasladar lo que ven en su cabeza a un papel, algo asombroso que ha sucedido durante toda la historia. Esto tiene un efecto en el espectador puesto que es capaz de verse trasladado a otro lugar, incluso a otro tiempo.
Por ello, ahora que tenemos que pasar tiempo en casa y es casi imposible ver paisajes o lugares diferentes cada día, te traemos cinco cuadros que llevarán tu mente fuera de casa. Algunos son más conocidos que otros, pero seguro que los amantes de la historia del arte los habrán visto alguna vez:
1. La pradera de San Isidro (Francisco de Goya)
Esta bonita pintura de Goya data del año 1788 y representa, como su propio nombre indica, la pradera de San Isidro de Madrid. Está situada entre la ermita con el mismo nombre y el río Manzanares, viéndose en el fondo la ciudad y el Palacio Real, entre otras cosas. Este año no habrá fiestas por San Isidro, así que es una bonita manera de recordarlo y ver cómo también en el pasado la gente se congregaba allí.
2. Vista de Toledo (El Greco)
Según muchos historiadores, El Greco puede ser considerado uno de los primeros paisajistas españoles gracias a este cuadro. Nos traslada de manera fantasiosa a la ciudad de Toledo, vista desde un mirador, pudiendo diferenciarse claramente algunos elementos emblemáticos como el Alcázar, la Catedral o el puente de Alcántara.
3. Las tres velas (Joaquín Sorolla)
Este cuadro de Sorolla representa una escena del costumbrismo español a orillas del Mediterráneo, destacando que gran número de los cuadros de este artista se ambientan en la costa valenciana. Si echas de menos la cercanía del mar, adéntrate en este cuadro e imagínate surcando el agua con alguno de esos veleros o, por el contrario, paseando por su orilla.
4. El viñedo rojo (Vincent van Gogh)
La vida cotidiana de la Provenza es captada de manera ejemplar en este cuadro del gran artista Vincent van Gogh. En él podemos encontrarnos con un bonito atardecer de otoño, creado a partir de tonos rojizos. Casi podemos vivir cómo era el momento de la vendimia en esa época e imaginarnos allí mismo.
5. El caminante sobre el mar de nubes (Caspar David Friedrich)
Los paisajes que este artista ha querido representar van mucho más allá de la realidad, puesto que lo que intentaba era captar los sentimientos y plasmarlos de manera clara. El lugar donde se encuentra el personaje del cuadro es posiblemente un paisaje suizo, por lo que se podrían ver las montañas de Rosenberg y Zirkelstein. Es una representación muy recurrente en la que, además, consigue hacernos representantes directos de ella.