TRADICIONES ANCESTRALES
Este fruto lo han llegado a utilizar los peregrinos como cantimplora durante el Camino de Santiago.
El Camino de Santiago se puede hacer de muchas formas y con rutas distintas, pero hay tradiciones y leyendas que son únicas independientemente de cómo decidas hacer el camino. Ya os contamos el origen de la concha que llevan los peregrinos colgada de sus mochilas y que también está presente en símbolos a lo largo de todo el Camino de Santiago.
Ahora queremos que conozcáis el origen de la calabaza que muchos peregrinos han usado cuando comenzaban la ruta del camino. La historia se remonta hace muchos años atrás cuando los peregrinos utilizaban la calabaza de vino como cantimplora para llenarla de agua e hidratarse en las diferentes etapas.
Una zona en la que hay muchos calabazas de este tipo plantadas es en el monasterio de Pedralbes en Barcelona. La época ideal para plantarla es a finales de abril o principio de mayo y hay un dicho que hace referencia a las calabazas de este lugar que dice así: ''En Jueves Santo, mis calabazas planto, pero la anciana que lo decía ya plantadas las tenía''.
La costumbre de almacenar liquido dentro de ella se ha hecho durante siglos y normalmente se metía dentro agua o vino. Por eso, el nombre de esta calabaza de 'calabaza de agua' o 'calabaza de vino'. Para conseguir que este fruto pueda almacenar liquido se debe seguir un proceso que consiste en que hay que sacarle todas las semillas y luego poner a secar la piel para que se endurezca.
Otra cosa que puedes hacer es enterrar la calabaza en la tierra y si no se pudre puedes utilizarla. Para que no se estropeara tanto con el uso muchos peregrinos la forraban con pieles de cabra. El fruto tiene un aspecto en el que destaca el color de la cáscara ya que es verde brillante cuando madura, luego pasa a ser verde claro para terminar siendo de color marrón cuando se ha secado.
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