La Italia más romántica
Verona ha quedado consagrada, en buena parte, a la historia de amor de Romeo y Julieta. Podemos acercarnos un poco más a los ídolos literarios visitando los lugares importantes en su destino.
William Shakespeare no solo creó, con 'Romeo y Julieta', la más conocida historia de amor de todos los tiempos, también consiguió que una ciudad del centro de Italia quedara completamente a merced de los dos amantes que entregaron su vida por su amor. Verona es un escaparate de esta historia.
Y tiene dos lugares a los que peregrinar si en algún momento uno se ha sentido tocado por los personajes, por la trama que Shakespeare nos presentó a finales del siglo XVI o por lo que Romeo y Julieta han significado en el devenir de la literatura universal, incluso del significado del romanticismo y del amor.
Verona es mucho más que Romeo y Julieta, debemos empezar por señalar esto. Como todas las ciudades italianas, cuenta con sus monumentos que visitar, con una impresionante Arena que rodear un par de veces y con un encanto que va más allá de las palabras y que solo se entiende cuando estás familiarizado con el encanto italiano.
Dicho esto, la Casa de Julieta es sin duda uno de sus grandes atractivos. Es tal y como podéis imaginar, tal y como el cine nos ha dejado ver en películas como 'Cartas a Julieta': un lugar pequeño, donde no caben demasiadas personas, cuyos muros llenos de mensajes hacia Julieta parecen llenarlo todo. El famoso falcón también está allí, y podéis subiros a él para sentiros como una vez se sintió ella en los versos de Shakespeare.
En la Casa de Julieta hay también una escultura dedicada al personaje, otro muro que se usa a modo de photocall -sí, estáis leyendo bien-, varias tiendas de recuerdos y, por supuesto, un buzón donde podéis dejar vuestras cartas. Como un cuento. Y en pleno centro de Verona.
La Casa de Romeo es mucho menos vistosa y no incluye tantas posibilidades, pero es igualmente interesante, bastante más bonita de lo que suele decirse y no se encuentra muy lejos de la Casa de Julieta, por lo que incluso aunque no entre en las previsiones de muchos viajeros su visita también debería ser obligatoria.
Aunque Verona es mucho más que esta historia de amor, marcharse de ella sin haber disfrutado de dos de sus rincones más icónicos es como no haber estado nunca allí.