Le Pavillon, situado en el famoso barrio francés en la esquina de las calles Poydras y Baronne, es más conocido como la "belleza de Nueva Orleans." Y el nombre se entiende perfectamente, en cuanto uno entra en su vestíbulo. Lámparas de cristal de Checoslovaquia, barandillas de mármol y escaleras de Le Grand Hotel de París, junto con antigüedades de todas partes del mundo, dan cuenta de su estilo, elegancia y su solera.
El hotel, abierto en 1960, así a simple vista es un hotel de lujo con encanto, pero hay que decir que las paredes de este edificio, uno de los hoteles más frecuentados de Nueva Orleans, esconden historias intrigantes, historias que tienen que ver con fantasmas y experiencias paranormales.Porque Le Pavillon, es un hotel encantado, y además presume de ello.
En el siglo XIX, la tierra donde se asienta hoy Le Pavillon, era un lugar inhóspito y peligroso. Un autor mencionó que en aquella zona sucedieron "actos sucios y asesinatos a medianoche, y que entre las ramas de los sauces tristes se podían escuchar sonidos lastimeros con cada ráfaga de viento”
Poydras no era la calle concurrida y llena de vida que es hoy, sino más bien un canal que más tarde fue drenado para convertirse en el primer depósito de tranvías de la ciudad.
El depósito cayó en desuso, y el edifico pasó a convertirse en un espacio de espectáculos itinerantes, como circos y otros espectáculos extraños. Y más tarde, remodelado, fue la sede del Teatro Nacional, conocido como teatro alemán, una sala sofisticada vestida con suntuosas telas y decorada con frescos. Opulento y extravagante, como muchos lugares de Nueva Orleans, el teatro coqueteo con el pecado y la tentación, como todo en la ciudad, con representaciones lascivas y obscenas, y aunque trato de volver a ser lo que fue, acabo siendo adquirido y más tarde una chispa prendió la tapicería del primer piso reduciéndolo a cenizas.
El edificio pasó a ser un hotel, su historia, entre el lujo y la decadencia, va unida a la historia de la ciudad. Algunos de los dignatarios más importantes pasaron por allí, pero también mujeres de mal vivir. Sobrevivió a la Gran Depresión y a dos guerras mundiales. Y hoy, remodelado, pero conservando todo su encanto, acoge a los huéspedes con los brazos abiertos, y a los menores de alrededor de seis años con galletas de chocolate caseras sobre la almohada.
Sería extraño si el Hotel Le Pavillon no tuvieraalgún fantasma en sus pasillos y habitaciones después de todo lo vivido. Y desde luego, en este caso hay que decir que si que los tienen, nos referimos a los fantasmas, los tienen, pero de verdad. Tanto, que hasta un equipo de investigadores paranormales visitó el hotel y descubrió tantas presencias que llegó argumentar que este edificio es en realidad un portal al otro lado. Así que, se puede decir, que estamos alojados en un hotel encantado.
En el Hotel Le Pavillon puedes solicitar un folleto con la historia del hotel y donde te expliacn la investigación paranormal que se llevó a cabo en 1996 por el famoso parapsicólogo, el Dr. Larry Montz. E incluso puedes solicitar alojarte en la habitación en la que más se ha experimentado la actividad paranormal. La idea es que tengas tu primer encuentro con un fantasma de verdad. ¿Te atreves a probar?
Le Pavillon Hotel está en pleno corazón de Nueva Orleans, a pocos pasos de Lafayette Square y de la Iglesia de St Patricks. Muy cerca de Galería de arte Callan Contemporary y del Audubon Butterfly Garden and Insectarium.
Las 226 habitaciones cuentan con aire acondicionado y televisor de pantalla plana, conexión a Internet por cable y wifi gratis. Además cuenta con un centro de bienestar abierto las 24 horas y con una maravillosa piscina al aire libre.
Le Pavillon es un hotel histórico de Nueva Orleans, un hotel que combina la elegancia del viejo mundo con las instalaciones más modernas. Con suites temáticas, como la Suite del Castillo Europeo, la suite de la Plantación, o la suite Art Deco o la Oriental entre otras.
Y todos los que por allí han pasado recomiendan probar la mantequilla de cacahuete y su mermelada. En el restaurante The Crystal Room, o en Le Gallery, el lugar perfecto para reunirse a tomar algo. O en su espacio más especial,la piscina de la azotea, un refugio para relajarse después de un día dedicado a explorar Nueva Orleans.
Si buscas una experiencia encantada, Le Pavillon no te defraudará. Prepárate para vivir como otros antes, sucesos extraños como tu ducha encendiéndose en medio de la noche, hojas cayendo sobre tu cama o encontrar cosas en lugares donde no las dejaste. Los fantasmas más populares son una mujer joven, una pareja, y un joven de la década de 1960. Cada uno con su propia historia en relación con lo que les pasó y con el por qué rondan por el hotel. ¡Ah! Y para que no te pierdas nada, uno de los lugares más comunes para un avistamiento es el vestíbulo, y no es raro que despiertes con una luz sobrenatural a los pies de tu cama. Terrorífico.