Más allá del jardín...
Japón, uno de los países que más aman los jardines y sus flores y que no ha podido disfrutarlos por la indeseable e indeseada visita del coronavirus, ha ideado un modo de recuperar la primavera perdida: un jardín virtual.
Hana Biyori es el primer jardín digital de Japón y nace de una fusión sorprendente: la tradición que tanto veneran los japoneses y la innovadora modernidad de la que Tokio es un icono en el mundo ¿el resultado? un jardín botánico que aspira a convertirse en una referencia en el arte digital.
Este primer jardín virtual de Japón está en un invernadero de 1500 metros cuadrados, en Yomuriland, el parque de atracciones más famoso de Tokio en el que, además, disfrutarás de montañas rusas y diferentes piscinas; pero volviendo a Hana Biyori, la experiencia que vivirás aquí es solo parecida a la que podrías vivir en un jardín botánico como cualquier otro que puedas conocer, a continuación te desvelamos algunos detalles.
Cuando entras en Hana Biyori tus ojos se pierden recorriendo las más de 300 arañas florales que hay sobre tu cabeza ¡lámparas de flores!; pero lo más sorprenente está por llegar, las luces (las de verdad) se apagan, se hace la oscuridad y una proyección de mapping vanguardista ilumina las flores con vivos colores, sus pétalos se mueven, los pájaros revolotean sobre ellas y en todo el espacio del jardín... (por supuesto todo esto es algo así como una animación).
Para completar tu experiencia Hana Biyori podrás tomarte algo en la cafetería del invernadero y visitar también el acuario de 8 metros que recrea el fondo del mar nipón; a la salida, y para recordar que la belleza de esa experiencia virtual se basa en la belleza natural de los jardines, podrás deleitarte con un bello jardín japonés con puertas que se alzaron tiempo atrás en el exterior del Palacio Imperial de Kioto y una estatua budista que tiene el reconocimiento de Patrimonio Cultural.
Hana Biyori es una representación artística de lo que es Tokio, modernidad y tradición conjugándose de un modo casi perfecto, y es, por eso, una nueva visita obligada en la capital nipona.