TE LO CONTAMOS

Una de las maravillas naturales de España que todo viajero debe conocer está en León según el National Geographic

Hablamos de Las Médulas, situadas en El Bierzo (Castilla y León), y son según el National Geographic unas maravillas naturales que todo viajero debe conocer al menos una vez en la vida.

Recientemente te contábamos que el National Geographic nombraba a un parque de Navarra una de las maravillas naturales de España y ahora queremos hablarte de otro de los "lugares que todo viajero debe conocer" según la revista y que está en León.

Se trata de Las Médulas, que se encuentran situadas en El Bierzo, al noroeste de los Montes Aquilanos y al lado del Valle del río Sil, y son un impresionante entorno paisajístico español formado como resultado de las explotaciones auríferas romanas.

Considerada la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el Imperio Romano, el trabajo de ingeniería que se realizó para extraer el oro alteró considerablemente el medio ambiente de la zona, dando como resultado un inusual paisaje de arenas rojizas cubierto de castaños y robles, tal y como recoge la web de Patrimonio de Castilla y León.

Los grandes movimientos de tierra que se sucedieron conformaron llanuras artificiales que sirven como vías de acceso a otras zonas como el Lago Carucedo, formado a su vez por el taponamiento de un valle con los residuos de la mina, y considerado humedal protegido.

Este entorno fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1996 debido a su interés arqueológico. En el año 1997 la Unesco lo declaró Patrimonio de la Humanidad, en el año 2002 se le galardonó con el título de Monumento Natural y en el año 2010 Espacio Cultural.

Su impresión rojiza simula un paisaje sinuoso y misterioso. Nadie diría que los abruptos acantilados esconden, bajo sus entrañas, el oro de los romanos. Las Médulas ofrece al visitante, además de ser un lugar de extraordinaria belleza, la oportunidad de descubrir un curioso y complicado sistema de exploración que el geógrafo y naturalista romano Plino el Viejo denominó "ruin montium".