Para todas las edades
La expresión De Madrid al cielo puedes hacerla real, literalmente, en Madrid Fly, el mayor túnel de viento de Europa.
Si alguna vez te ha picado el gusanillo de saber qué se siente al volar, pero a la vez te dan miedo las alturas excesivas, o si simplemente quieres volar aunque no sientas ese pánico, lo tienes muy fácil, especialmente si vives en Madrid. Y además podrás hacerlo en el túnel de viento más grande de Europa.
Lo cierto es que existen más de cien túneles de viento en todo el mundo, de los cuales alrededor de veinte se han abierto durante el último año. Se nota que son cada vez más quienes desean experimentar esa sensación, ya que en breve Madrid contará con tres túneles de viento, aunque los que se están construyendo tienen unas dimensiones menores y Madrid Fly, situado en la localidad de Las Rozas seguirá ostentando este récord. Así, cuenta con una cámara de vuelo de 4,6 metros de ancho y 17 metros de alto, de los cuales 8 de ellos son de cristal, facilitando que el público en la instalación pueda observar a quienes practican este deporte.
El aire que te mantiene volando es regulable y su velocidad oscila entre los 180 y 300 km/h, lo que permite que los voladores puedan desarrollar todo tipo de movimientos, dependiendo de su experiencia y capacidades. Pero además de sus dimensiones lo que hace especial este túnel es su construcción, ya que la tecnología empleada es 100% española. Multitud de ingenieros, expertos en estructuras metálicas y de hormigón, arquitectos, constructores, diseñadores, paracaidistas e instructores de túnel, trabajaron durante más de 4 años para diseñar el primer túnel de viento de España con tecnología e inversión totalmente española.
Madrid Fly acaba de cumplir un año y en este tiempo, por él han pasado todo tipo de personas, desde expertos a aficionados e incluso niños. Es más, en este túnel, que semanalmente acoge a unas 500 personas, entrenan los ejércitos de España, Portugal y Estados Unidos.
Para los más inexpertos, la experiencia comienza con una breve explicación teórica sobre la postura que hay que adoptar dentro del túnel para mantener la estabilidad y sobre los gestos que han de utilizar los participantes para comunicarse, ya que la velocidad a la que va el aire, hace imposible hablar o gritar. Además, una de las mayores ventajas de los túneles de viento es que la experiencia se produce en un entorno controlado. Los instructores pueden sujetar a los participantes, corregir sus posturas o, incluso, sacarles del tubo con facilidad. Los vuelos duran alrededor de un minuto y se compran por rondas. Dos sesiones cuestan 58 euros para un adulto y 39 para niños a partir de cinco años. ¿A que te está apeteciendo probar la experiencia? Vuela.
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