ARTE
La Mezquita es uno de los grandes emblemas de la ciudad cordobesa. Es el momento de descubrirla, aún más, a partir de estas curiosidades que te sorprenderán.
La Mezquita de Córdoba, actualmente conocida como la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora, es un edificio emblemático de esta ciudad andaluza. Año tras año recibe un gran número de visitantes. Tanto es así que, en 2019, recibió más de 2 millones de turistas. De esta manera, se convirtió en uno de los monumentos más visitados de nuestro país. Históricamente, debemos saber que empezó a construirse, como mezquita, en el año 784. Muchos son los que afirmaban que los musulmanes quisieron aprovechar los restos de una basílica hispanorromana para levantar una de las mezquitas más importantes de los últimos tiempos.
Este precioso edificio, de unos 23.400 metros cuadrados, sufrió varias ampliaciones, sobre todo durante la etapa del Emirato de Córdoba y, por supuesto, el conocido como Califato de Córdoba. Llegó a ser una de las mezquitas más grandes e importantes en aquel momento, hasta que llegó el año 1238. Tras la Reconquista de los cristianos, fue consagrada como catedral por su primer obispo, Lope de Fitero. Ahora bien, es el momento de descubrir más curiosidades de este emblemático lugar cordobés.
Esta mezquita no está orientada a la Meca
Cabe destacar que el mihrab es el habitáculo que encontramos en el centro del muro de la quibla. Éste es el que marca la dirección donde se tiene que mirar durante el rezo. Pues bien, en el caso de la Mezquita de Córdoba, jamás llegó a estar orientado a La Meca. Ésta sigue, sin embargo, la orientación Noroeste-Sureste de las conocidas mezquitas sirias.
Llegó a ser conocida como “Mezquita Aljama”
Es decir, algo así como “mezquita mayor”. Por lo tanto, se debía hacer una plegaria los viernes al mediodía. Es más, la palabra “aljama” significa “asamblea” o “reunión”. Por tanto al parecer, por este dato, el viernes es el “día de la reunión” para los árabes. ¡Algo muy curioso!
Asunción de Nuestra Señora, desde el siglo XVI
Desde este citado siglo, este lugar de culto cordobés que fue construido en el propio interior de la mezquita pasó a llamarse ‘Asunción de Nuestra Señora’. Y es que, a pesar de que antes se llamaba ‘Santa María Madre de Dios’, son muchas las obras que representan a la perfección esa Asunción de la Virgen. Un claro ejemplo lo vemos en el lienzo central ubicado en la parte superior del retablo mayor, así como en la cúpula de la camilla mayor e, incluso, ¡en la misma cúpula del coro!
La torre del campanario, construida en un lugar muy especial
Esta torre tiene un significado muy especial. Es una obra del siglo XVI, llevada a cabo por Hernán Ruiz III. Lo más característico de esto es que fue construido nada más y nada menos que sobre los restos de Abderramán III. Es más, desde el interior de la torre del campanario se pueden ver esos restos. Durante unos 20 años se cerró la torre por labores de reconstrucción, pero volvió a abrir sus puertas en 2014.
La historia de la Columna del Santo Cristo del Cautivo
Es una de las más peculiares que esconde la Mezquita, pero también la ciudad de Córdoba. Nos tenemos que trasladar hasta una columna en concreto, la del Santo Cristo del Cautivo. Está ubicada entre las capillas de la Epifanía y el Rosario. Cuenta la leyenda que un cautivo cristiano decidió arañar el duro mármol de esta columna y, que tal era su fe, que se ablandó hasta formar una cruz.