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De visita obligada en la India

El monasterio Thiksey, 600 tranquilos y espirituales años de vida

El Monasterio Thiksey es conocido mundialmente pero solo cuando uno se encuentra en el lugar es capaz de entender al cien por cien por qué esto es así.

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Ladakh es una tierra maravillosa localizada en India; una tierra que con el paso del tiempo ha empezado a darse a conocer como “el pequeño Tibet”, por la espiritualidad y la tranquilidad que ofrece el lugar. A 25 kilómetros de Leh, la capital de la región, encontramos una de las razones por las que esto es así.

El monasterio Thiksey, un monasterio budista, tiene 600 años de vida y muchas historias entre sus paredes. Localizado en el valle del Indo, está formado por 12 niveles que albergan templos y viviendas y que ascienden por una colina que concentra más vida que muchas de las grandes ciudades metropolitanas. En este monasterio conviven hombres de todas las edades; puedes cruzarte con un niño de diez años del mismo modo que puedes aprender lecciones de un anciano de noventa.

Fue construido a modo de monasterio fortaleza, una idea que cobra sentido cuando uno se enfrenta al ascenso casi imposible hasta la cumbre -llevad mucha agua y no pretendáis correr si alguna vez tenéis la posibilidad de visitarlo.

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Además de seguir el día a día de las personas que habitan el lugar, algo que te dejará boquiabierto independientemente de lo cercano que seas a las diferentes religiones, el monasterio Thiksey tiene otros puntos de interés. En el Templo de Maitreya, sin ir más lejos, encontramos una estatua del Buda Maitreya que mide 15 metros y que es la mayor figura de Buda en la región.

Las vistas del lugar son impresionantes. Si tu principal interés es contemplar el monasterio, no vas a quedar decepcionado cuando te encuentres a sus pies y admires la excelente construcción que goza de una dualidad asombrosa: es compleja y al mismo tiempo resulta sencilla.

Una vez en la cumbre de la colina, lo que queda ante tus ojos es igualmente fascinante. Naturaleza en estado puro. El valle del Indo se extiende hasta donde alcanza la vista y, mirando hacia el este, puedes incluso tener la oportunidad de ver otro de los monasterios que se encuentran en la zona, el monasterio de Matho.

No basta con visitarlo una sola vez pues cuando lo abandones sentirás que, aunque hayas prestado mucha atención, no lo has visto todo. Tranquilos: el monasterio Thikey seguirá allí cuando decidáis volver. Y ya van 600 años.