CONTRA TODO PRONÓSTICO
Si te preguntaran en el Trivial cuál es el país del mundo con más pirámides, probablemente responderías que Egipto o México. Pero sentimos decirte que te estarías equivocando.
Lo cierto es que cuando pensamos en pirámides, todos solemos asociarlo al imponente desierto egipcio con sus monumentales pirámides de Giza, o a la antigua Mesoamérica, donde las pirámides de Chichén Itzá y Teotihuacán dominan el paisaje. Sin embargo, el país con más pirámides en el mundo no es ni Egipto ni México, sino Sudán.
Ubicado en el noreste de África, Sudán cuenta con más de 200 pirámides repartidas por el antiguo reino de Kush, que floreció entre el 2600 a.C. y el 300 d.C. Las pirámides sudanesas, aunque más pequeñas y estilizadas que sus contrapartes egipcias, fueron utilizadas principalmente como tumbas para reyes y nobles. La necrópolis de Meroe, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es uno de los sitios más emblemáticos, con decenas de estas estructuras que cuentan historias fascinantes sobre una civilización que a menudo ha sido eclipsada por su vecino del norte.
La singularidad de las pirámides sudanesas radica no solo en su cantidad, sino también en su diseño. Tienen los lados más empinados y picos más pronunciados. Además, muchas de ellas están menos exploradas que las pirámides egipcias, lo que las convierte en un tesoro arqueológico aún por descubrir para el mundo.
El redescubrimiento del legado kushita en Sudán está ganando atención en los últimos años, atrayendo a arqueólogos y turistas curiosos que buscan explorar la rica historia y el paisaje único de este país. Así, Sudán se posiciona como un destino cultural clave para los amantes de la historia y la arqueología, recordándonos que el pasado aún guarda secretos sorprendentes por revelar.