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A lo largo del mundo hay muchos países que tienen un nombre distinto al que conocemos en España y te contamos alguno de ellos.
Los nombres hacen que sepamos dirigirnos hacia un algo o alguien. Crean familiaridad con ese objetivo y gracias a él, podemos referirnos concretamente a ese algo o alguien sin necesidad de complicaciones. Anteriormente, habíamos visto el significado del nombre de algunos países. Y es que cada país se llama de una forma concreta por algo. Sin embargo, es destacable que, a pesar de lo que muchos creen, en España llamamos a ciertos países de forma completamente diferente a como lo llaman en otros lugares o incluso a cómo lo llaman en ese mismo lugar. En algunas ocasiones, el verdadero nombre no corresponde al nombre que usamos en España para un país concreto.
El primer país destacado que cumple con este caso es Alemania. En realidad el término usado por los alemanes para identificar a su país es Deutschland cuya etimología es 'deutsch' que significa alemán y 'land' que hace referencia a país. Por tanto, en España lo conoceríamos como 'País de alemanes'.
En segundo lugar, nos encontramos a Japón, localmente conocido como Nippon, pues los japoneses utilizan este nombre para denominar a su país. En España conocemos el término "nipon", según la RAE, para hacer referencia a algo que es natural de Japón o que es perteneciente al país oriental. La explicación del uso de Japón en lugar de Nippon se relaciona con la evolución de la palabra debido a la pronunciación en cantonés.
Igual pasa con Grecia. En España lo conocemos así, sin embargo, sus locales lo conocen como Hellas, proveniente de Hélade. Esto se debe a que, históricamente hablando, los antiguos habitantes de la región la conocían como Hélade. La denominación de Grecia proviene de los romanos que usaban la palabra "Graecia" para identificar a las personas que vivían en Epiro.
Albania en realidad es Shqipëria, que, concretamente significa 'tierra de águilas'. Esto está relacionado con incluso la bandera del país que contiene un águila con dos cabezas de color negro en el centro. Por este motivo, los habitantes del país la conocen como tal. La denominación española de Albania es algo controversial, puesto que hace referencia a solo una parte de la población de lugar: los albani.
En el norte de Europa, tenemos como ejemplos de este suceso a Escocia y Dinamarca. Puesto que ambos países han sido nombrados como tal pero originariamente y en por los lugareños, son conocidas como Alba (Escocia) y Suomi (Finlandia). En el caso de Escocia, Alba hace referencia a lo blanco y a la colina. A pesar de ser conocida como tal, es más nombrada a través del término Escocia que proviene de la palabra griega 'skotos', traducido al español como oscuridad. Esto puede deberse a la climatología que es propia del lugar.
Por otro lado, Finlandia es el nombre que Europa le ha otorgado a este lugar y que proviene de 'finn' (cazadores nómadas), sin embargo, sus propios habitantes lo denominan Suomi.
Siguiendo en Europa, Armenia en realidad es Hayastan. El verdadero origen del nombre que nosotros usamos para este lugar del mundo aún es un misterio. Sin embargo, lo que si se sabe es que el nombre que los habitantes de Armenia usan es Hayastan. Por otro lado está Suecia, cuyo nombre original es Sverige. Sin embargo, y a razón del uso del latín en el sur de Europa, ha derivado en Suecia.
En Asia, nos encontramos con el ejemplo de Bután y de India. Ambos países reciben nombres diferentes por los locales: Druk Yul u Bharat. Bután procede del tibetano y el significado podría acercarse a ‘fin del Tibet’. Esto dista mucho del significado de Druk Yul que, al contrario de Bután, significa 'país del dragón'. En cuanto a la India, el término Bharat hace referencia a un rey legendario y por eso es usado por los habitantes del país, mientras que India es una derivación del rio Indo.
En América del Norte, es conocido el nombre de Groenlandia pero en el idioma groenlandés, el país se denomina Kalaallit Nunaat (tierra de los kalaallit). El problema del nombre es que no es atractivo a ojos de los turistas y por tanto se inventó otro alternativo que fuese más fácil de recordar y llamase más la atención de los viajeros.
Por último, en África, para la sorpresa de muchos, el ejemplo de este suceso etimológico es Marruecos: el nombre en árabe es Al Maghrib que significa el extremo oeste. Lo que ha sucedido con el nombre de Marruecos es que se ha castellanizado para que se extienda de forma más sencilla a aquellos que no dominan el árabe.
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