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ALBERGA 51 ESPECIES DISTINTAS DE ÁRBOLES

El gran parque madrileño que seguramente no conocías

Una inmensa finca madrileña, ubicada en el número 551 de la calle Alcalá, acaba de reabrir sus puertas después de cuatro años. La Quinta de Torre Arias, que ocupa 17 hectáreas de terreno, vuelve a ser accesible desde el pasado domingo.

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Esta magnífica finca fue heredada por el Ayuntamiento de Madrid en 2012, después de que la última condesa de Torre Arias, Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, muriera y dejara en testamento la cesión al consistorio. Este acuerdo viene de lejos, concretamente de la época en que Enrique Tierno Galván era alcalde de Madrid. La condesa llegó a un acuerdo con el ex alcalde, ya fallecido, en el que cedía el terreno íntegro a la administración local.

La historia de la finca no terminó con la muerte de su condesa. El gobierno de Ana Botella decidió aprovechar el terreno para visitas en grupos reducidos, alegando que no se podía abrir al público para salvaguardar su patrimonio. Por otra parte, se planeó adjudicar el terreno mediante concurso público a la Universidad de Navarra para que administrara el parque. Este acuerdo nunca se volvió efectivo. La actual alcaldesa, Manuela Carmena, también mantuvo la finca abierta sólo para grupos hasta octubre de 2015, cuando anunció que quería convertirla en una granja agrícola.

Diecisiete hectáreas llenas de diversidad

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Uno de los mayores atractivos de la finca son sus 51 especies de árboles, entre ellos una encina de más de 300 años. Su riqueza botánica es, sin duda, excepcional, debido a su localización en el centro de Madrid. En cuanto al palacete, quizás la zona más deteriorada de La Quinta, sabemos que se trata de una construcción de principios del siglo XVII, dónde vivió el archiduque Carlos de Austria, que disputó el trono a Felipe V. Cuenta con numerosas habitaciones, un patio interior y, según algunos historiadores, existen cuevas y sótanos que todavía no han sido descubiertos.

La Quinta es, prácticamente, la única finca señorial madrileña que todavía conserva su carácter residencial, debido a la protección de miembros de la burguesía que han pasado por sus estancias desde el siglo XVII.

El último misterio que alberga este terreno ha sido la aparición de una escultura del artista barroco Michel-Ange Slodtz. Llevaba en la finca casi 400 años, hasta que fue descubierta en las labores de rehabilitación. El Ayuntamiento comunicó que tomará medidas para exponer al público esta obra, que el conservador del Museo Louvre ha calificado como "sensacional".

El resto de la finca está compuesta por un matadero, dos invernaderos, acequias, fuentes de bronces, puentes... Sin embargo, la mayoría de atractivos arquitectónicos y escultóricos no se podrán disfrutar todavía. El Ayuntamiento ha prometido financiar la reforma de toda la finca mediante una inversión de 2 millones de euros en los próximos presupuestos.

A continuación os dejamos una galería de imágenes, sacada de redes sociales: