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Todo el mundo conoce la singularidad del Mount Saint Michel, la montaña que se convierte en isla cuando sube la marea del Atlántico y el brazo de tierra que la une al continente queda cubierto completamente. Sin embargo, no es el único caso ni, precisamente, el más curioso.

Al sur de Saint Michel, al otro lado de la península de Bretaña, se encuentra el estuario del Loira, con Nantes y Saint-Nazaire como grandes centros urbanos. Allí, a pocos pasos de esta última, se encuentra una de las islas de la costa atlántica francesa más pintorescas: la de Noirmoutier. Al contrario que en Saint Michel, aquí sí que estamos frente a una isla, independiente y con dos accesos que la conectan con el resto de Francia.

Bueno, dos… o solo uno: el del puente de la Fosse. El otro es muchísimo más pintoresco y único, pero también intermitente, y ahí radica parte de su encanto. Se llama el Passage du Gois, también en la zona sur de la isla, y su singularidad reside en que es una carretera de nada menos 4,2 kilómetros de largo que permanece sumergida prácticamente todo el día. De hecho, puede llegar a estar incluso cuatro metros por debajo de las olas.

Es la altura máxima que llega a tomar la marea en este rincón de la costa. La carretera, que se permite ser atravesada en coche, a pie o en bicicleta, está operativa no más de dos veces al día, y siempre coincidiendo con los momentos de marea más bajos. No se permite la entrada en ningún otro momento, y el paisaje cambia por completo. Los horarios se van anunciando en paneles informativos que se actualizan a diario, así como en la web del pasaje, donde se puede ver el horario concreto.

Para evitar que algún despistado se quede atrapado en la carretera durante el trayecto, hay colocadas diferentes torres de rescate, a las que uno puede encaramarse con la simple ayuda de sus manos y pies, y esperar a ser rescatado por los servicios de salvamento (o, simplemente, esperar a que vuelva a bajar la marea). Eso sí, hay espacio para una bici, pero no para un coche en esos lugares de rescate.

El mejor modo de llegar es desde Nantes, que se encuentra a poco más de una hora en coche. Ya, de paso, podemos disfrutar de la isla de Noirmoutier, uno de los mejores lugares de naturaleza en la costa de Vendée, con playas y bosques, dunas y marismas. Todo un refugio al que se llega por la carretera más original y pintoresca de Francia.

Más información:

Passage du Gois

Turismo de Francia