UN PARAÍSO EN LA NATURALEZA
Foz d'Égua es un pequeño municipio de Portugal formado por un puñado de casas que se encuentran 'suspendidas' sobre una playa fluvial de aguas cristalinas. Te contamos cómo llegar hasta él y todo lo que puedes encontrar allí.
En todo el territorio peninsular encontramos lugares realmente increíbles y municipios que merecen la pena visitar alguna vez en la vida. Recientemente te hablábamos de Lóriga, un pueblo de Portugal conocido como "la Suiza portuguesa" que cuenta con una playa única y ahora queremos hablarte de otra localidad que se encuentra en este país.
Se trata de Foz d'Égua, un pequeño municipio que pertenece a Arganil, una villa portuguesa en el distrito de Coímbra. Esta pequeña localidad compuesta por tan solo unas pocas casas incrustadas en la ladera de una montaña es muy popular por que se encuentra 'suspendida' sobre una piscina natural.
La arquitectura de la localidad se caracteriza por construcciones de esquiso y pizzarra y por el pueblo cruza un río, aunque su mayor atractivo es la piscina fluvial que se forma a sus pies, resultado del encuentro del arroyo Piódão con el arroyo Chãs, que corren hacia el río Alvoco y cuyo curso es detenido por una presa.
La playa fluvial es ideal para darse un chapuzón ya que sus aguas son limpias y cristalinas y cuentan con vistas a la montaña. Además, cuenta con un puente colgante que cruza un desfiladero y un santuario que se levanta en la zona más alta.
Una de las mejores formas de llegar a Foz d'Égua es mediante una ruta de senderismo que parte desde Piódão, la dificultad del camino es moderada y se recorren casi 8 kilómetros entre montañas y valles. Es importante, llevar un calzado con buen agarre y un bastón, ya que el sendero discurre por suelos de cuarcita, un terreno muy resbaladizo.