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Plaza de Capuchinos de Córdoba: Esta es la leyenda que pocos conocen

Es el momento de viajar a la Plaza de Capuchinos de Córdoba para descubrir la leyenda que pocos conocen y tiene relación con el Cristo de los Faroles.

Plaza de los Capuchinos, CórdobaImagen de losmininos en Wikipedia, licencia: CC BY-SA 2.0

Córdoba es una de las ciudades más bonitas de nuestro país y, siendo honestos, no es para menos. Es evidente que su historia y su cultura no dejan indiferente a nadie. Hay muchos rincones de ensueño que guardan una leyenda que, cuando la descubres, terminas formando parte de ella de manera inevitable.

Una zona a tener en cuenta si visitas Córdoba es, sin lugar a dudas, la Plaza de los Capuchinos a la que llegarás entrando por la Cuesta del Bailío. Es un rincón muy famoso y a la par muy transitado, sobre todo porque alberga al conocido Cristo de los Faroles. ¡Es una auténtica maravilla!

El nombre oficial es “Cristo de los Desagravios y Misericordia”. Estamos ante una escultura que, con el paso del tiempo, fue rebautizada por los cordobeses por esos ocho faroles que tienen un gran significado: Simbolizan, de manera directa, cada una de las provincias de Andalucía.

Cristo de los Faroles | Imagen de UNED en Wikipedia, licencia: CC BY 2.0

Esta figura fue realizada por Juan Navarro León, en 1794. Tal es su belleza que se ha convertido en protagonista de diversas canciones populares, así como coplas ¡y hasta una película! Lo que es un hecho es que el Cristo de los Faroles es, sin lugar a dudas, una de las esculturas más veneradas de la ciudad de Córdoba.

El encanto que tiene también tiene que ver con el lugar en el que se encuentra, la Plaza de los Capuchinos. Este lugar mantiene su empedrado original, haciéndolo aún más mágica la experiencia. Ahora bien, existe una leyenda tras el Cristo de los Faroles que muy pocos conocen pero, desde luego, te marcan.

Esta es la leyenda tras el Cristo de los Faroles de la Plaza de Capuchinos

Según versa la leyenda, cada noche a las doce en punto se podían oír una serie de pasos cerca de esta Plaza cordobesa. Es entonces cuando un hombre encapuchado se acercaba, de manera pausada y sigilosa, a ese Cristo de los Faroles. En ese preciso lugar, susurraba una serie de palabras algo incomprensibles. Al rato, desaparecía de manera misteriosa.

En ningún momento nadie pudo ver si rostro, ni muchísimo menos identificarlo… Hasta un momento concreto. En una de esas noches, el misterioso hombre desveló su gran secreto ante esas personas que cuidaban la escultura del Cristo de los Faroles. Lo hizo justo antes de desaparecer para siempre.

Plaza de los Capuchinos | Imagen de Turol Jones en Wikipedia, licencia: CC BY 2.0

Este hombre era un soldado del Rey que, años atrás, fue asaltado por una serie de bandidos. Cuando estaba a punto de morir, se despertó completamente desorientado frente al mismísimo Cristo de los Faroles. De esta manera, cada noche y a la misma hora, se acercaba a esa escultura para agradecerle el hecho de haberle salvado la vida.