DE CUENTO
En la parte más occidental del Principado de Asturias, en medio de la Reserva de la Biosfera de Oscos, Eo y Terras de Burón se encuentra esta pequeña aldea abandonada y mágica. Su singular ubicación dentro de un frondoso bosque y a orillas de un río lo vuelven un lugar de ensueño.
Recientemente te contábamos todo sobre el espectacular río Deva, la frontera natural entre Asturias y Cantabria. Son incontables los lugares de enorme belleza de los que está repleto el norte de España, así que que hoy te hablamos de otro. En este caso, de un pequeño pueblo abandonado del otro extremo del Principado.
Se trata de As Veigas, una parroquia del concejo de Taramundi y a 7 kilómetros de la villa homónima. Es decir, justo limitando con tierras gallegas, en concreto con la provincia de Lugo. De hecho, el concejo se está en la comarca del Eo-Navia, donde se habla una variedad lingüística muy particular, el eonaviego.
Esta aldea se halla a 400 metros sobre el nivel del mar, pero en el fondo del valle de Saliencia, al que se baja por una carretera de montaña. Desde arriba, a medida que recorres sus curvas, podrás observar el pueblecito al completo, con sus casas de piedra y rodeado de verde.
Al instante verás su iglesia, dedicada a Santa María de las Nieves. Sin duda llama la atención por su aspecto antiguo, que le da al pueblo una singularidad especial. Es como si se hubiera quedado anclado en un tiempo remoto. Concretamente en el siglo XVII, del que data la mencionada parroquia.
Si te entusiasma el turismo rural, no te puedes perder todo lo que ofrecen As Veigas y sus alrededores. El pueblo en sí, aunque tiene unos 23 kilómetros cuadrados de superficie, se puede visitar entero en muy poco tiempo. Pero si buscas la experiencia completa, lo mejor es que te alojes en una de las tres casas rurales con las que cuenta la aldea.
En definitiva, As Veigas es el lugar ideal para tomarse un respiro de todo. Y por qué no, también una sidra. Podrás hacerlo en una taberna bajo uno de los antiguos hórreos tradicionales del interior de la aldea, conocido como Casa del Cura.