TE LO CONTAMOS
Hablamos de Villayón, un pequeño municipio de Asturias que es famoso por tener una de las cascadas más bonitas, no solo de la comunidad, sino también de toda España. Te contamos cuáles son y como puedes acceder a ellas.
En muchas ocasiones os hemos hablado de lugares de España que cuentan con una naturaleza espectacular, como es el caso de la desconocida playa de Asturias que tiene una cascada que va directa a la arena.
Y ahora sin salir de esta comunidad, y siguiendo con la temática de las cascadas queremos hablaros de Villayón, un municipio que es famoso por tener unas de cascadas más espectaculares de Asturias y de España, las de Oneta, a las que se llega después de un buen trecho de camino que da para una asequible y entretenida ruta de 1.5 kilómetros (1 hora ida y vuelta aproximadamente).
Villayón es un concejo jalonado de montañas y valles, y cuya orografía hidrológica está marcada por los ríos Polea y Navia, siendo éste último su frontera natural con los municipios vecinos.
Las Cascadas de Oneta son un conjunto de tres. La primera cascada, llamada La Firbia, destaca por su belleza y espectacularidad, ya que tiene una caída de unos 15 metros, y los continuos desprendimientos la han adornado con un peculiar circo de rocas, donde el agua descarga su fuerza. La segunda es La Firbia de Abajo, y se accede a ella tras una fuerte pendiente, y la tercera, llamada de Maseirúa, es la más pequeña e inaccesible, por encontrarse en un enclave más abrupto y protegido.
Por otro lado, este pueblo también dispone de unas importantes muestras de arquitectura religiosa como son: la Iglesia de Parlero, Iglesia de San Pedro de Villayón, Iglesia de Santiago de Arbón, Iglesia de Santa María de Oneta, Capilla de Lengomin en la Zorera, Capilla de Nuestra Señora de La Merced en Busmente y Capilla de la Virgen de Las Virtudes.
No puedes dejar de visitar el Centro de Interpretación de los Paisajes Protegidos de Montaña, un equipamiento de carácter cultural que ahonda en la importancia del Paisaje Protegido de las Sierras de Carondio y Valledor y todos los elementos que rodean el espacio protegido, como las ya mencionadas Cascadas de Oneta o Dolmen de Barandón.