SU HISTORIA

El pueblo de Ciudad Real en el que 'vivió' El Quijote y donde se encuentra la tumba de Quevedo

Villanueva de los Infantes es, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid, el pueblo en el que Miguel de Cervantes situó a El Quijote. Además, en esta localidad de Ciudad Real también falleció el poeta Francisco de Quevedo y es donde descansan sus restos.

Villanueva de los Infantes es un municipio de la provincia de Ciudad Real (Castilla-La Mancha), situado en el Campo de Montiel, y cuenta con una población de 5064 habitantes. Forma parte de la Asociación delos Pueblos Más Bonitos de España y entre sus muchos atractivos turísticos se encuentra el conjunto monumental de la Plaza Mayor, de principios del siglo XVII.

Sin embargo, una de las cosas que más atrae a los turistas a este pueblo manchego es que se dice que es el origen de uno de los personajes más conocidos de la historia: El Quijote.

Villanueva de los Infantes, el pueblo de El Quijote

Villanueva de los Infantes, en Ciudad Real | Sebastian T. Schork / Wikipedia CC BY-SA 4.0

Un estudio realizado por la Universidad Complutense de Madrid en 2004 asegura que Miguel de Cervantes situó a Don Quijote en Villanueva de los Infantes. Para llegar a esta conclusión, el estudio analizó todos los caminos que existían en el siglo XVI y se repasaron las andanzas del ingenioso hidalgo a la vez que se midieron los pasos que dio en cada viaje hasta llegar a Villanueva de los Infantes.

Además, partían de la hipótesis de que el sitio tenía que estar ubicado en el Campo de Montiel porque el propio Cervantes lo dice hasta cinco veces en su obra. Por lo que la famosa frase de El Quijote que dice "En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme" se refiere a Villanueva de los Infantes, algo que adquiere más relevancia si leemos la frase siguiente "empezó a caminar por el antiguo y conocido Campo de Montiel".

Aquí falleció Francisco de Quevedo

Además, en Villanueva de los Infantes también se encuentra enterrado el poeta Francisco de Quevedo, que murió en septiembre de 1645 en el convento de Santo Domingo, y sus restos descansan desde 2007 en una forja artesanal de la iglesia de San Andrés. Sin embargo, no son todos los huesos, si no en concreto 10 de ellos.

Tal y como certificó un grupo de investigadores de la facultad de medicina de la Universidad Complutense tras examinar cientos de restos de la cripta descubierta en 1995 bajo la Sala Capitular, se trata de los fémures, el húmero derecho, la clavívula del mismo lado y seis vértebras.