EN GUADALAJARA

El pueblo medieval de Castilla-La Mancha que tiene uno de los castillos más bonitos de España

En la provincia de Guadalajara, en Castilla-La Mancha, se encuentra un pueblo medieval que tiene uno de los castillos más bonitos de España y que formó parte de las rutas de importantes personajes como El Cid o El Quijote. ¡Te contamos cuál es!.

Castilla-La Mancha es una de las comunidades con más territorio de España y en muchas ocasiones te hemos hablado de municipios de la región, como por ejemplo, del más alto que está en la provincia de Guadalajara.

¿Pero alguna vez has oído hablar alguna vez de Atienza? Situada en la Serranía Norte de Guadalajara, Atienza es cruce de rutas importantes de sus lares: la del Cid, la del Románico Rural y la del Quijote. Su casco histórico está declarado Bien de Interés Cultural.

El Castillo, situado en la parte más alta del pueblo, es el monumento más representativo de Atienza. Utilizado por los celtíberos y luego por los árabes que construyeron una fuerte alcazaba, fue reformado por los cristianos tras la Reconquista. Tal y como cuenta la web de turismo, durante la Edad Media cambió de manos numerosas veces entre los siglos IX y XI. Fue ocupado por Alfonso III, por Almanzor y por Sancho García, entre otros, para ser definitivamente tomado por Alfonso I de Aragón, Rey consorte de Castilla por su matrimonio con Urraca I. Es nombrado en El Cantar de Mío Cid, refiriéndose a él como "peña muy fuerte".

Entre las obras religiosas el ábside del Monasterio de San Francisco, de estilo gótico, lo único que queda tras el saqueo francés. San Bartolomé, levantada en el siglo XIII, tiene sobre su románico las reformas y ampliaciones del siglo XVI. Santa María del Val, San juan del Mercado, la iglesia de la Santísima Trinidad o Santa María del Rey, son otros de los múltiples ejemplos que encontraremos.

Una visita muy recomendable es el Museo de la Santísima Trinidad. En su interior se puede contemplar una magnífica exposición de arte religioso. Destacan la capilla de la Inmaculada Concepción, de estilo rococó ; el retablo mayor, decorado con lienzos de Matías de Torres; un curioso catafalco del siglo XVI; y dos espectaculares cristos: el Cristo del Perdón, de Luis Salvador Carmona, y el Cristo de los Cuatro Clavos, tardorrománico.

Las obras civiles se nos despliegan en conjuntos arquitectónicos como la Plaza del Trigo, magnífico ejemplo de plaza castellana o la Plaza de España, con su forma triangular y la fuente de los delfines del siglo XVIII. En sus edificios más notables se encuentran los Museos de Atienza, como si faltaran razones la villa nos brinda este último señuelo.

La Caballada de Atienza, Fiesta de Interés Turístico Nacional es la fiesta más representativa y se celebra el domingo de Pentecostés. Conmemora un hecho histórico ocurrido hace más de 850 años, en 1162, cuando Alfonso VIII, siendo aún un niño, era rey de Castilla y su tío, Fernando II de León, presionaba política y militarmente aprovechándose de la situación de minoría de edad de Alfonso y hacerse con la corona castellana.

Las familias nobiliarias más importantes de la época, la de los Lara y la de los Castro, prestaban su apoyo de manera enfrentada a la causa de Alfonso (los Lara) y a la causa leonesa (los Castro). La primera de ellas condujo al joven rey castellano hasta Atienza y le resguardó tras sus murallas. Las tropas pro-leonesas sometieron entonces a la villa a un asedio, que se prolongó en el tiempo, hasta que la mañana de Pentecostés de 1162, la cofradía de arrieros existente entonces en Atienza ideó una estratagema para solucionar la situación: pidieron permiso para atravesar el asedio simulando realizar una romería a la cercana ermita de la Virgen de la Estrella y aquello sirvió de distracción a las tropas leonesas. Mientras tanto, las caballerías más veloces condujeron al rey niño hasta Ávila. De esta manera Alfonso VIII pudo conservar la corona castellana independiente de la de León.