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Toccoa Riverside, un restaurante de Georgia, Estados Unidos, ha dado con una forma de garantizar a sus clientes una comida tranquila: advertir a toda familia con hijos que se les cobrará hasta 50 euros si sus niños no se saben comportar y molestan al resto de comensales.
Hace unos días te recomendábamos varios destinos perfectos para disfrutar de la Navidad con niños. Hacer un viaje en familia siempre es una experiencia memorable, tanto para los adultos como para los pequeños. Sin embargo, los viajes también pueden ser estresantes y cansados, y no todas las familias saben gestionarlo de la mejor manera.
Seguro que alguna vez has estado comiendo en algún restaurante al que entra una familia con hijos pequeños, quienes acaban siendo el centro de atención por las peores razones posibles. Al fin y al cabo, nadie quiere que su día de comer o cenar fuera se vea arruinado por un niño que no para de llorar, patalear o molestar al resto de comensales.
Por eso mismo este restaurante del estado de Georgia, en Estados Unidos, ha implantado una política única para mantener la paz y tranquilidad en su establecimiento: sumar hasta 50 dólares (unos 50 euros) en la cuenta a las familias cuyos niños no sepan comportarse.
El restaurante se llama Toccoa Riverside y se publicita como un restaurante familiar con vistas a un río en el que se sirve comida casera. Como se puede comprobar en su página web, la advertencia a los clientes se encuentra en la parte inferior de su menú, y dice lo siguiente: "Tarifa adicional para adultos incapaces de ser buenos padres $$$".
El ocio solo para adultos y el concepto "adults only", cada vez más popular, tiende a levantar ampollas, pero aunque pueda parecer una medida algo controvertida, no es más que una forma de pedir respeto hacia el resto de comensales, así como al personal que trabaja en el restaurante.
En el artículo que ha dedicado a este establecimiento el diario británico The Mirror se puede leer que, hasta ahora, esta multa solo se ha llegado a aplicar una sola vez. De acuerdo con Tim Richter, el propietario del restaurante, fue en una ocasión en la que unos niños no pararon de chillar y correr por todo el comedor.
Por otra parte, la medida lleva vigente desde hace unos años y el dueño la instauró allá por los tiempos de la pandemia, pero no se ha hecho viral en Internet hasta hace relativamente poco.