Destinos de miedo
La Ciudad Condal permite muchas rutas, pero sin duda alguna ésta es la más terrorífica de todas.
Barcelona es una ciudad turística que conocen millones de personas alrededor del mundo. Todos sus lugares más míticos, sus calles más famosas y las que no lo son tanto, sus monumentos más emblemáticos. Todo ha sido pisado u observado infinidad de veces por los viajeros que se han acercado a la Ciudad Condal y también por los habitantes de la misma.
Sin embargo, todas estas personas solo conocen una parte de la ciudad. La bonita, la acogedora, la histórica. Pero a la mayoría se les escapa una: la de los fantasmas. Y es que Barcelona cuenta también con un lado terrorífico que guarda leyendas, historias de brujas y exorcismo, historias espeluznantes de apariciones en lugares encantados.
Y no, todas estas cosas misteriosas no suceden en calles poco transcurridas o en lugares abandonados. Estas historias se cuentan de lugares simbólicos de barrios tan conocidos como el Born o el Gòtic. Empezamos.
Dicen que en la calle Portal Nou, muy cerca de Arc de Triomf, pasean los fantasmas de un herrero avaro y su aprendiz. Cuenta la leyenda que el herrero estaba trabajando cuando vio al chico y creyó equivocadamente que le iba a robar. Así, lo asesinó con un hierro y poco después se le apareció el fantasma del muchacho y lo mató a él. Fue en ese momento cuando se hicieron inseparables y desde entonces, pasean juntos por esa calle de la ciudad.
Cerca de allí, en el mercado de Santa Caterina, antes había un convento… por el que de vez en cuando pasaba Satanás. Esa es la razón por la que a medianoche en ese lugar se celebraban misas negras.
Nos vamos ahora hasta la Plaza del Rey, más concretamente hasta el Salón de Tinell. Ese fue el edificio en el que tuvo lugar un encuentro entre Cristóbal Colón y los Reyes Católicos. Cuenta la leyenda que los muros de la construcción no querían saber nada de mentiras, razón por la que sepultaban con sus piedras a los mentirosos.
Ahora nos trasladamos a la fuente de Canaletes, en la que los seguidores del FC Barcelona celebran las victorias de su equipo. Lo que no saben es que años atrás un fantasma se aparecía allí ante las chicas que se acercaban a recoger agua de la fuente.
Y acabamos la ruta muy cerca de allí, en la Catedral de Barcelona, desde la que salía un camino que llevaba directo al infierno. Junto a la avenida de la Catedral se encontraba la ‘cueva de ladrones’, que según cuenta Lagarda-Mata en su libro Fantasmes de Barcelona, solía frecuentar el badolero Joan de Serrallonga.