El sabor de Inglaterra en poco más de 9 metros cuadrados
Seguro que el salón de tu casa es más grande que este pequeño bar pero en esta “cáscara de nuez” (The Nutshell) se preserva toda la tradición de los mejores pubs de Reino Unido.
Seguro que el salón de tu casa es más grande que este pequeño bar pero en esta “cáscara de nuez” (The Nutshell) se preserva toda la tradición de los mejores pubs de Reino Unido.
Ellos, los ingleses, poseen un concepto de la vida muy particular. Tienen sus propias medidas y por eso sabemos que The Nutshell, el pub más pequeño de Inglaterra, mide tan sólo 15 pies de largo por 7 de ancho. Eso, para el resto de los mortales, significa que tiene poco más de cuatro metros y medio por dos con trece. En total, unos 9,75 metros cuadrados. Eso sí, es un bar en toda regla. De ahí que el Libro Guinness de los Records lo haya certificado como “el pub más pequeño de Gran Bretaña”.
Su nombre es muy apropiado, The Nutshell: “La Cáscara De Nuez”. Está situado en el corazón de una pintoresca, bonita e histórica ciudad como es Bury St. Edmunds, en el condado de Suffolk, en el este de Inglaterra, y a unos cuarenta kilómetros al oeste de Cambridge. El pub se ha convertido en una atracción turística y son muchos los viajeros que se acercan hasta el número 17 de The Traverse para visitarlo y, si hay suerte, tomarse algo.
Un poco de historia. Desde 1867 The Nutshell tiene el orgullo de atender a los clientes que compiten por hacerse un hueco en el local. Visitantes locales e internacionales intentan consumir alguna de las más exquisitas cervezas de la región que allí se sirven, al tiempo que contemplan interesantes artículos, fotos y recuerdos históricos. Un pub para beber y codearse, nunca mejor dicho, con propios y extraños.
Aunque el edificio data de algunos años antes, el primer registro de venta que se guarda es de 1844, cuando su dueño, el frutero Peter Peck, se lo vendió a otro frutero, Richard Caney. En cuanto a su actual uso como pub, hay un documento de 1867 en que cambia formalmente su utilización de frutería a cervecería. Siete años más tarde, John Stebbing y su familia, que tenían una frutería en esa misma calle, se adueñaron de The Nutshell y lo rentabilizaron durante dos décadas.
El local adquirió fama desde el primer momento, tal vez porque entre los Stebbing hubo algunos personajes bastante peculiares, incluyendo prestamistas, músicos y militares que hicieron carrera en ultramar.
Durante años fue considerado Museo de Arte y Curiosidades y los visitantes podían disfrutar viendo instrumentos musicales antiguos, reliquias de viejas batallas y obras de marfil, cartón y otros materiales. Además se mostraba una colección de modelos de corcho representando edificios locales como la Torre Normanda, la Puerta de la Abadía, el Castillo de Windsor o el monumento al Almirante Nelson. Cuando en octubre de 1874 fue vendido a FW King, en las escrituras se reflejó que desde ese momento se convertía en parte de la Cervecería del Rey.
Y unas cuantas leyendas. Cuentan los parroquianos que en 1984, ciento dos personas, un perro llamado Bob y un gato disecado se reunieron en este local, convirtiendo aquella noche en una ocasión especial. Si esto hubiese ocurrido en cualquier otro bar del mundo no dejaría de ser una cita algo extravagante, pero en The Nutshell ¡fue un milagro! Aunque ya se sabe que el tamaño no es lo que importa. En este caso en concreto es el alma del pub y de sus clientes.
El edificio es tan antiguo que lógicamente tiene varios fantasmas. En concreto se habla de cuatro. En el piso superior habita un niño pequeño; por la segunda planta merodea un caballero de la época victoriana; y las habladurías dicen que en el sótano hay un monje y una monja embarazada. Todas estas historias, contadas con todo detalle y mucha teatralidad, se pueden escuchar en la barra mientras se consume una cerveza Abbot Ale, fabricada en Bury St. Edmunds, en Greene King Brewery.
Los más audaces pueden acudir al restaurante del primer piso, eso sí, previa reserva de mesa, de la única mesa que hay, y pedir la especialidad de la casa, el plato de pollo, consistente en un huevo en vinagre. La gastronomía inglesa es así. Y el carácter de sus pubs está perfectamente recogido en un local tan reducido y encantador como el que ofrece The Nutshell.
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