La silueta de la montaña del diablo, da forma a la imagen de la capital de Alemania, aunque desde hace poco, Teufelsberg, ya no es la montaña más alta de Berlín.
Desde que cayó el Muro, Teufelsberg se ha convertido en una de las zonas de ocio más populares para los berlineses. Una colina rodeada de bosque en las afueras de la ciudad, en la que descansar, relajarse o dar un paseo, lejos del bullicio de la ciudad. Eso durante el verano, porque en invierno, bajo el manto blanco de la nieve, el lugar se transforma y se convierte en el sitio perfecto para jugar con los trineos o para tirarse bolas de nieve.
Los berlineses se reúnen aquí para disfrutar de un picnic improvisado, ver impresionantes puestas de sol, jugar con cometas, practicar el parapente, el ciclismo de montaña e incluso para realizar rutas de senderismo durante todo el año.
Las vistas de la ciudad desde la colina son realmente mágicas. La torre de la televisión del centro de Berlín, la torre Fernsehturm, y la catedral de la ciudad, la Berliner Dom, brillan bajo el sol al este.Y al oeste, se pueden ver pequeños veleros sobre el agua reluciente del río Esprea despuntando entre los verdes bosques.
Teufelsberg es una colina, y cuando uno llega hasta allí, difícilmente puede imaginar que esta colina es artificial. Es decir, cuesta pensar que esta colina fue construida por el hombre.
Y mucho más difícil es imaginar que, en realidad, estamos sobre una montaña en la que bajo nuestros pies se esconden los escombros de una guerra, y que es un lugar con una carga histórica muy importante.
Teufelsberg, o la montaña del Diablo, son en realidad dos montañas cerca del lago del Diablo. Es una montaña artificial, que en tiempos del nazismo albergaba la que iba a ser la Facultad Técnica Bundeswehr, una universidad nazi militar-técnica, como parte del proyecto nazi en el mundo y en la capital del Reich, de la Alemania soñada.
Después de la Segunda Guerra Mundial este proyecto fue volado y se transformó en un área de vertedero de desechos. Un total de 25 millones de metros cúbicos de escombros se amontonaban allí y fueron enterrados.
Y así es como el Teufelsberg se convirtió en uno de los puntos más altos de Berlín con sus 114,7 metros de altura.
La Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, la NSA, construyó allí una de sus mayores estaciones de escucha en lo alto de la colina "The Hill", como era conocida coloquialmente por los soldados estadounidenses que trabajaban allí. Un importante puesto de escucha de los años cincuenta.
Con el fin de la Guerra Fría y la caída del muro de Berlín, la estación fue abandonada por los americanos, pero a pesar de eso, el equipo de radar todavía podría ser utilizado hoy para la vigilancia aérea civil y para el control del tráfico aéreo, así de potente era aquella estación de antaño.
Abandonada, sus edificios y las cúpulas del radar todavía permanecen. Y lo hacen decoradas con murales dibujados por artistas callejeros que han tomado el lugar convirtiéndolo en una auténtica galería al aire libre.
Las elevadas plataformas de la estación ofrecen increíbles vistas del horizonte de Berlín y desde luego es una visita obligada para nostálgicos o para los que buscan lugares diferentes que explorar.
La visita a Teufelsberg se puede reservar. La duración es de unos 90 minutos y un guía nos acompañará en un recorrido emocionante apto para grandes y pequeños, este es un recorrido por la historia.
El punto de encuentro para las excursiones a la Estación de Campo es en Teufelsseechaussee 10, 14193 en Berlín, en la puerta principal.