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Hacia los orígenes de la Tierra

El túnel de lava de la cueva Manjanggul

Las entrañas de la Isla de Jeju muestran uno de los fenómenos naturales más interesantes del planeta
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Situada al sur de la península de Corea del Sur, conocida antiguamente como la “Isla de Quelpart”, esta isla compuesta fundamentalmente por lava y basalto, debido a su origen volcánico, ha creado -gracias a su clima subtropical- un espacio de increíbles paisajes.

Sus cascadas, abundante vegetación, densos bosques y volcanes han conseguido crear un ambiente casi mágico, al que también han aportado su granito de arena los Harubang o abuelos de piedra, diseminados por toda la isla, una esculturas realizadas sobre rocas de lava que según la leyenda protegen la isla de cualquier mal.

En Jeju no solamente se admira lo que se ve a simple vista, una naturaleza de desbordante belleza, también lo que se no se ve, lo que esconde su interior ya que curiosamente toda la isla es como una increíble pompa de lava con una maraña de cuevas. Cualidades que la Unesco supo valorar cuando la declaró Patrimonio Natural de la Humanidad en 2007.

Una de sus áreas más interesante se encuentra en torno al volcán Geomunoreum que aunque en la actualidad se encuentra inactivo hace miles y miles años debió de dar mucha guerra ya que originó la creación de 5 tubos de lava, cuevas excepcionales por sus características y su buen estado de conservación: Bengduigul, Manjanggul, Gimnyeonggul, Yongcheon Donggul y el Dangcheomul Donggul.

Sí, es el momento de adaptar la mirada a lo desconocido, adentrarse en el corazón de la cueva Manjanggul y sumergirse en lo que debió de ser el proceso de la creación del planeta. Un recorrido fascinante a lo largo de esa ciudad subterránea con sus inhóspitas cavernas para admirar los efectos del devenir geológico. A pesar de que solamente se puede recorrer un tramo de un kilómetro su trayecto es lo suficientemente largo para que nos hagamos una idea de la actividad de nuestro planeta en sus convulsos orígenes.

Un viaje al interior de la tierra que no nos llevara más de media hora pero transportará nuestra imaginación a los inicios de su formación, a esa frenética actividad geológica cuando la Tierra se estremecía hace más de 200.000 años. Tiempos en los que el cráter del imponente volcán Geomunoreum que desde sus 456 metros de altura comenzó a escupir de su interior ríos de lava que fueron extendiéndose a lo largo de la isla, en algunas zonas volviendo a introducirse por sus recovecos y el efecto final que nos ha dejado ese magma. Un mar de fuego que durante su recorrido hacia la costa excavó numerosos tubos de lava, dejando toda una maraña subterránea de cuevas y agujeros en la isla cuando se fue enfriando.

A lo largo de un trayecto de 13 kilómetros fue horadando con su calor el interior creando la cueva Manjanggul con impresionantes pasajes y recovecos, algunos de ellos de los más grandes de mundo con 30 metros de altura y 23 de ancho, su variedad de estructuras que incluyen estalactitas y estalagmitas, imponentes columnas de lava y la singular fauna que vive en su interior, como los murciélagos que se han convertido en los reyes del lugar y conviven con otros especímenes habituados a la oscuridad.

Hay que ir preparado para hacer frente al recorrido. En primer lugar se impone un buen calzado debido a las irregularidades del terreno y no menos importante es llevar alguna prenda de abrigo ya que en el interior la temperatura es fría y la humedad alta, aunque comparada con la del exterior no notaremos mucha diferencia.

Como colofón, no podemos abandonar la isla sin un chapuzón en ese mar azul intenso en alguna de sus playas de fina arena.