El Parque Nacional Monte Nemrut es uno de esos lugares mágicos que imponen. Especialmente al atardecer, cuando el sol comienza a desaparecer y todo queda bajo el manto brillante de las estrellas. Porque aquí, lo que queda en la retina, son los vestigios de una de las construcciones más ambiciosas de la época helenística, el mausoleo del rey Antíoco I, que ocupó entre los años 69 y 34 a.C. el trono de Comagene. Un reino creado al norte de Siria y el Éufrates tras el desmantelamiento del imperio de Alejandro el Magno.
Y es que Nemrut Dag conserva de aquella época fascinantes esculturas monumentales en un entorno espectacular. Esculturas a las que se accede a través de antiguas rutas ceremoniales que realmente impresionan.
El Monte Nemrut de 2.552 metros de altitud, en uno de los picos más altos de la cordillera oriental de Tauro, y se encuentra en el sureste de Turquía, a 87 kilómetros de Adıyaman y es famoso por ser uno de los sitios arqueológicos más increíbles del país.
El santuario del rey Antíoco I se encuentra en la cima y es un túmulo de una altura de 50 metros y de 150 metros de diámetro. Originalmente había tres terrazas en el santuario en los lados este, norte y oeste, y los restos de las esculturas que las decoraban y que aún se pueden ver, nos dan una idea del tamaño y la grandeza de estructura del rey. Dispersas, se pueden contemplar cabezas colosales de Apolo, Zeus, Hércules, y Antíoco I y de varios dioses griegos y persas rodeando la estructura. Y en el complejo también hay una cisterna cueva, algunos relieves y restos de columnas. El túmulo está hecho de piedras pequeñas y a ambos lados en dos terrazas están las gigantescas estatuas, solo las cabezas, de unos dos metros de altura. Antiguamente las cabezas reposaban sobre las estatuas en tronos, pero con el tiempo se fueron desmoronando yse hallan esparcidospor todo el sitio.
Estas cabezas gigantescas han estado ahí postradas observando, desde hace 2000 años, el paso del tiempo hasta que fueron descubiertas por primera vez en 1881 por Karl Sester, un arqueólogo alemán. Fueron talladas alrededor de los años 63 AC durante el reinado de Antíoco I, emperador del Rey Commagene. Varios arqueólogos sostienen que el montículo en realidad contiene la cámara funeraria del rey y de su sarcófago. Misteriosamente, estas estatuas fueron abandonadas, y hasta la fecha no se ha encontrado la cámara funeraria del rey.
El Monte Nemrut y su patrimonio arqueológico forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO y está considerado como el sitio de la octava maravilla del mundo. Además, es un parque natural protegido desde 1988, y no es de extrañar, ya que el paisaje que rodea a este sitio arqueológico es impresionante, y las esculturas dan un toque místico al lugar, tanto que resulta sobrecogedor.
Se puede llegar por dos rutas, por Kahta en la provincia de Adıyaman o por Malatya. La vía de Malatya dura unas tres horas, y aunque una parte de la carretera se encuentra en mal estado, se puede llegar hasta la cima. La ruta de Kahta dura una hora y media, pero para llegar a la cima hay que caminar por una cuesta muy empinada durante unos 35 minutos. Todo depende del plan que te apetezca más.
Acceder a la cima del Monte Nemrut es algo extraordinario, especialmente si te gustan los sitios arqueológicos. Y lo más recomendable es hacerlo, o al atardecer para disfrutar de la maravillosa vista con una luz que crea una atmósfera mágica, o al amanecer, cuando se puede observar la estatua hacia el este, la parte que se conserva mejor. Si vas al atardecer centrate en la terraza oeste.
Disfruta de la naturaleza, de la belleza y la majestuosidad de las estatuas con los colores rojos, rosas, naranjas y amarillo, y recuerda que vas a estar en la cima de una montaña de altura, así que lleva calzado y ropa adecuada.