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Volamos a Jordania, un país maravilloso para los amantes de los sitios arqueológicos y que esconde maravillas como el castillo de Ajloun. Un castillo que hay que visitar. Fue construido en el año 1184 por un sobrino de Salah al-Din, conocido en Occidente como Saladino. Y el motivo de su construcción fue el de poder defender aquella tierra de los que intentaban conquistarla: los cruzados.

Originalmente fue un castillo de planta cuadrada con una torre en cada esquina, que fue ampliándose con posterioridad. Así sin más, es un castillo medieval como muchos otros, pero es que este es muy particular. El castillo fue tomado por los mongoles en el año 1260, y luego vuelto a ocupar en 1262 por los mamelucos bajo el mando del sultán Baybars. Su historia es como un viaje al pasado, a la época en la que Ajloun formó parte de la cadena de castillos que, utilizando heliografía, aquel antiguo procedimiento fotográfico, balizas de fuego y postes de palomas, transmitían mensajes desde Damasco a El Cairo en tan solo doce horas. Algo realmente impresionante.

Al comienzo del siglo XVIII y al comienzo del siglo XX sufrió grandes desperfectos debido a sendos terremotos. A pesar de eso, se puede visitar gracias a los trabajos de restauración que siguen todavía en marcha. Situado sobre una imponente colina, nunca fue tomado por los cruzados, y sigue en pie en la entrada el antiguo foso que lo defendió. Un foso que contaba antaño con un puente levadizo, pero que ahora se puede cruzar gracias a un moderno puente.

Visitar el castillo es un ejercicio de imaginación y de historia, sus piedras nos permiten sentir cómo lo hacían aquellos hombres valientes que lo defendieron, y también sentir como aquellos que lo conquistaron. El interior está lleno de pasillos laberínticos y de escaleras, y existen todavía agujeros asesinos, aquellos a través de los cuales se lanzaba aceite hirviendo contra el invasor.

El castillo de Ajlun dominaba las tres rutas principales que llevaban al valle del Jordán y protegía las rutas comerciales entre Jordania y Siria, por lo que se convirtió en un punto defensivo estratégico en la época de los cruzados, que lucharon sin éxito durante décadas para tomar el castillo y la ciudad colindante. Ajlun se encuentra a unos 50 kilómetros al norte de Amman, cerca de la histórica ciudad de Jerash, cruzando un bosque de pinos y olivos.

Esta parte de Jordania es una de las regiones más fértiles, y desde el castillo se puede disfrutar de unas impresionantes vistas sobre las terrazas de cultivo de la zona. Hay multitud de ubicaciones antiguas, incluyendo molinos de agua, fuertes y poblados, todo en las preciosas montañas y valles del norte de Jordania.  La ciudad de Ajlun está a unos 3 kilómetros del castillo, bien comunicado desde la estación de autobuses Abdali en Amman y también desde Jerash. Desde Ajlun puedes llegar en taxi hasta el castillo y lo mejor es negociar la tarifa de ida y vuelta con anterioridad.

Muy cerca, encontramos la Reserva Natural de Ajlun, un área protegida de 13 kilómetros cuadrados con una magnífica diversidad de especies de flora y fauna. En la reserva hay dos rutas naturales, ideales para los amantes del senderismo y alojamientos estilo bungalow fantásticos para descansar en familia. La reserva está gestionada y mantenida por la Sociedad para la conservación de la naturaleza.

Más información:
Castillo de Ajlun